martes, 16 de enero de 2024

RUBÉN DARÍO

18 de enero de 1862, nació en el pueblo de Metapa, Nicaragua, quien más tarde llegaría a ser poeta y crítico de gran influencia en los escritores hispanoamericanos, Rubén Darío, conocido en la pila bautismal con el nombre de Félix Rubén García Sarmiento. Cuenta la historia que Rubén Darío, desde adolescente, dio muestras de una extraordinaria precocidad y que además de crítico y poeta fue también periodista y diplomático y que los últimos años de su vida fueron dolorosamente tristes. Visitó y vivió en varios países europeos y americanos y puso muy en alto el nombre de su patria Nicaragua, que hoy erige en su capital, Managua, un monumento a su memoria. Entre las obras conocidas del poeta nicaragüense se cuentan: Azul, su primer libro, publicado en Chile; Las Rosas Andinas, Abrojos, Prosas Profanas, en las que aparecen la disciplina métrica y el lenguaje musical, lleno de tropos y de atrevidas imágenes; Tierras solares; Cantos de Vidas y Esperanza; Oda a Mitre; Canto a la Argentina; El canto errante y Poema de Otoño. Sus dos últimas obras fueron: Vida de Rubén Darío y El oro de Mallorca. En uno de sus libros encontramos esta nota: “De todos los poetas hispanoamericanos, ninguno tan personal, tan sin fronteras como Rubén. Su nombre preside toda una época y se considera que fue el más grande propulsor en la América española del movimiento literario llamado modernismo. Fue un magnífico cultivador de la forma, y los atrevimientos de su estilo renovaron la métrica castellana. Un soplo panteista lo anima y comunica a muchas de sus rimas una rara emoción. Cristiano y pagano por igual, comulgaba con los clásicos y también con los parnasianos y los impresionistas; él mismo decía que su poesía era muy antigua y muy moderna, audaz y cosmopolita”. El poeta terminó abandonando Europa y murió en su tierra, 1916, acosado por la pobreza, el alcoholismo y la enfermedad.

CALDERÓN DE LA BARCA

El 17 de enero de 1600 nació en Madrid, Pedro Calderón de la Barca, última figura importante del siglo de oro de la literatura española. Fue un joven violento e irreflexivo durante su juventud, soldado activo en la rebelión de Cataluña contra la Corona y sacerdote durante la vejez, llegando a ser capellán de la Catedral de Toledo y confesor del rey Felipe IV, quien le entregó el hábito de Santiago. Pero antes que todo, Pedro Calderón de la Barca fue un dramaturgo, el más importante de su época después de la muerte de Lope de Vega. Su primera obra literaria, “Amor, honor y poder” fue montada en 1623 en la ocasión en que su amigo Velásquez fue nombrado pintor de la cámara del rey Felipe IV. Le siguieron “La dama duende”, “Casa con dos puertas, mala de guardar”, “No hay burlas con el amor” y “Cuál es la mayor perfección”, todas comedias de capa y espada, de enredo y de costumbres en las que el amor, el honor y los celos rigen situaciones, casi siempre equívocas, pero con resultado feliz. Sobre la misma estructura de su comedia escribió dramas religiosos y trágicos en los que destacan “El príncipe constante y “El mágico prodigio”. “El médico de su honra” es uno de los más característicos. Pero el mejor de los dramas trágicos de Calderón es el “Alcalde de Zalamea”, donde un capitán rapta y fuerza a la hija del alcalde del pueblo. Éste ordena la detención del capitán y, como se niega a reparar su ofensa con el matrimonio, lo hace ajusticiar. Un general ocupa el pueblo de Zalamea con soldados y mantiene una dura controversia con el alcalde, no porque considere que el capitán no merezca el castigo, sino porque correspondía a él aplicarlo. Finalmente el propio rey aprueba la acción del alcalde. Calderón también escribió dramas filosóficos. El más conocido es “La vida es sueño”, una de las obras de la literatura española de valor universal. Goethe, una de las figuras señeras de la literatura alemana, consideraba a Calderón como el gran genio del teatro.

ARTURO TOSCANINI

16 de enero de 1957, a la avanzada edad de noventa años, murió el famoso director de orquesta italiano, Arturo Toscanini. Su desaparición definitiva ocurrió en los Estados Unidos del Norte. Tres años antes, en 1954, se había retirado del arte en un acto musical que tuvo todas las características de una apoteosis. Arturo Toscanini había nacido en la provincia de Parma y en los albores de la adolescencia comenzó a destacarse como violonchelista integrante de varias orquestas, tanto en su país como en el extranjero. A la edad de 19 años integraba la orquesta de una compañía de ópera italiana y en gira por la ciudad brasilera de Río de Janeiro, el Director de la orquesta se sintió repentinamente indispuesto minutos antes de iniciarse la representación de “Aída”, y Toscanini se ofreció a suplirlo. Dirigió con tanto acierto, y tan bien supo infundir a los intérpretes de la ópera el extraordinario brío de su temperamento musical, que aquella noche quedó automáticamente consagrado como director de orquesta. Después de este espectacular comienzo, Arturo Toscanini dirigió orquestas famosas como la Metropolitan Opera House de Nueva York, la Scala de Milán, la Sinfónica de Nueva York, la Sinfónica de la National Broadcasting Conpany y otras. Como director, Toscanini se destacó por la claridad de su interpretación, el vigor comunicativo que irradiaba su personalidad y el perfecto conocimiento de los diversos grupos de instrumentos que componen una gran orquesta sinfónica. Su fama como director quizás sea la más preclara que haya gozado director alguno en la historia de la música, y sus aciertos más grandes los obtuvo en la interpretación de obras de compositores italianos y de los alemanes Wagner y Beethoven.

viernes, 12 de enero de 2024

15-FALLECIMIENTO DE JUAN DE HERRERQ ARQUITECTO DEL MONASTERIO DEL ESCORIAL

Hablar del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es hablar también de Juan de Herrera, quien falleció 15 de enero de 1597. Herrera, nacido en la Cantabria de España en 1530, era arquitecto, matemático y geómetra y estuvo estrechamente ligado al imperio español de Felipe II y sus sucesores dinásticos de la casa de los Austrias. Tocó a él terminar el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, majestuosa obra situada en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama, a 50 kilómetros de Madrid, erigida por orden del Rey Felipe II. Esta formidable atracción turística de la época actual fue iniciada por Juan Bautista Toledo y a la muerte de éste en 1567, Juan de Herrera ocupó su puesto en la dirección de los trabajos, pero debió rediseñar la basílica que transformó en un templo centralizado bajo una enorme cúpula, uniformó la fachada principal, incorporando un nuevo cuerpo presidido por una gran portada monumental y construyó el templete del patio de los Evangelistas, una muestra excepcional del clasicismo herreriano. El panteón es la única parte del edificio construida con posterioridad a la muerte de Felipe II, y en el descansan los restos de los reyes españoles, así como de numerosas reinas e infantes. Entre los innumerables tesoros de El Escorial destacan la colección de manuscritos e incunables que albergan la Biblioteca de Grabados; la colección de tapices, que incluye telas flamencas y el museo de pintura que exhibe obras de destacados artistas como El Bosco, Alberto Durero, Tiziano, El Greco, Paolo Veronesa, Jacobo Tintoretto, Petrus Paulus Rubens, José de Ribera, Francisco de Zurbarán y Diego de Velásquez.

JACK LONDON

El 12 de enero de 1872, nació el famoso escritor norteamericano, autor de cincuenta libros, Jack London, o mejor dicho, Jonh Griffith London, su nombre verdadero. Jack London nació en San Francisco, hijo de un astrólogo ambulante y de una espiritista. Durante su adolescencia fue un vendedor de diarios. Se hizo marinero después, vendedor de ostras, estibador, formó parte de la tripulación de un ballenero; luego viajó a pie por su país y el Canadá picado por el anhelo de aprender. Siguió estudios universitarios en California que luego abandonó para viajar a Alaska (1898), empujado por la fiebre del oro. De regreso a San Francisco comenzó a relatar sus experiencias. En 1900 publicó una colección de relatos titulada El hijo del lobo que le proporcionó gran éxito. Periodista ágil y dinámico, marchó al Japón como corresponsal de guerra durante el conflicto ruso-japonés de 1904. Publicó más de 50 libros que le proporcionaron grandes ingresos pero que dilapidó en viajes y alcohol. Entre sus novelas se cuentan, además del El hijo del lobo, La peste escarlata, El lobo de mar, El vagabundo de las estrellas, Jerry el de las islas, La llamada de la selva, Antes de Adán, Colmillo blanco, Martín Edén y John Barleycorn. En estas dos últimas novelas está reflejada su vida. Fue corresponsal de guerra y vivió dos matrimonios tormentosos. Se suicidó a la edad de 40 años. En sus obras se combina el más profundo realismo con los sentimientos humanitarios y el pesimismo. De California era también Amelia Earhart, quien el 12 de enero de 1935, voló en un aeroplano de Unululú a California. Dos años más tarde habría de desaparecer, presumiblemente muerta por accidente, mientras efectuaba la vuelta al mundo y volaba desde Lae, Nueva Guinea a la Isla de Hiwland, acompañada por su navegante Fred Noonan. Amelia Earhart era una aviadora norteamericana que tras diez horas de aprendizaje, guió sola su primer aeroplano. Por sus hazañas en el aire, Amelia Earhart es una figura legendaria en los anales de la aviación.

FERNANDO DE MAGALLANES

11 de enero de 1520. Fernando de Magallanes, un portugués al servicio de España, que se había propuesto, consiguiéndolo, demostrar prácticamente la esfericidad de la tierra, arribó el 11 de enero de 1520, a la desembocadura del Río de Plata, después de zarpar de San Lucas de Barrameda, Persuadido Magallanes de la conjunción de los mares, buscaba, costeando la América del Sur, un paso del Océano Atlántico hacia el Pacífico que hiciera posible la circunvalación de la tierra. Una vez cruzado el Atlántico, las cinco naves de Magallanes, alcanzaron el cabo de San Agustín, en Brasil, y desde allí emprendió la navegación hacia el Sur. Al llegar a la desembocadura de Río de la Plata, lo supuso como un posible paso hacia occidente, pero cerciorado luego de lo imposible, reanudó la navegación hasta la bahía de San Julián, donde empezó la invernada. Aquí se vio obligado a hacer sumaria justicia de varios cabecillas de revueltas y a fines de agosto prosiguió el viaje con una nave menos que había encallado. El 20 de octubre, desde cinco millas de la costa, divisaron los tripulantes un promontorio detrás del cual el mar formaba una especie de golfo, que llamaron de las Once Mil Vírgenes. Habían llegado al anhelado estrecho. Era un brazo de mar que comunicaba con otro mar. Después de previas exploraciones se aventuraron por él y entraron impávidos en el Gran Océano Pacífico. Tres meses tardaron en surcarlo, y, tras horribles penalidades, llegaron a la Isla Mariana, y poco después a las Filipinas, donde Magallanes encontró la muerte en lucha contra los naturales. Sebastián Elcano, el segundo de abordo, culminó la gran empresa náutica con la cual quedó demostrada la redondez de la tierra.