miércoles, 17 de julio de 2024

ANIVERSARIO DE TUCUPITA

El 31 de julio de 1848 se registra como la fecha de fundación de Tucupita, gracias a la iniciativa de los marinos y pescadores margariteños Juan Millán, Julián Flores, Tomás Rodríguez, Pedro Moreno y Regino Suira. De acuerdo con el trabajo de investigación de Domingo Ordaz, promovido en concurso por la gobernación deltana, la fecha de fundación de Tucupita es el 31 de julio de 1848. Sin embargo, vale decir, que sus primeros habitantes y auténticos fundadores son los Warao o waraúnos que conforman la mitad de una población superior a los cien mil habitantes que tiene el Delta diseminada en una extensión de 40.200 kilómetros cuadrados. La mayor parte de esa extensión territorial Deltana es agua, agua formando islas, brazos y caños en una superficie de 20.600 kilómetros cuadrados. El resto es la tierra firme o zona alta situada en la margen derecha de Río Grande. El Delta, segregado de Provincia de Guayana en 1884 para transformarse en Territorio Federal, es hoy un Estado Federal y está políticamente dividido en tres Departamentos: Antonio Díaz, capital Curiapo que abarca desde el brazo principal del Orinoco, Boca Grande, hasta la Barra de Guiniquina; Departamento Tucupita, Capital Tucupita, delta central, desde Baño Mánamo hasta la Barra de Cocuima y Departamento Pedernales, parte septentrional del Delta, frente al Océano Atlántico y Trinidad. Tucupita que fue siempre una isla en medio del Delta orinoqueño quedó a partir de 1968 comunicada con el resto del país a través de diques marginales protectores que causaron el cierre del caño Mánamo, lo cual permitió a la vez recuperar grandes extensiones de tierras hoy de lleno incorporadas a la agricultura y la cría. En la Isla de Guara, por ejemplo, se logra anualmente un promedio en la producción de arroz de 10 millones de kilos y pastan allí mismo en forma permanente más de 25 mil cabezas de ganado. Y así como la tierra deltana es buena y feraz para la agricultura y la cría, así mismo es prodigiosa para la caza y la pesca. En el Departamento Antonio Díaz existe un Centro de Operaciones para el Desarrollo Agropecuario y Pesquero que mantiene activa a la totalidad de la población, de la cual el 80 por ciento es indígena. En el Delta hay una fábrica de enlatados del Palmito que compite airosamente con el famoso espárrago importado que tanto degusta el venezolano en las ensaladas. Y otra fuente de ingreso de la población son los aserraderos y explotación del mangle y demás especies madereras que los lugareños, especialmente hombres Warao eslabonan en una especie de “tren” acuático que navega autotransportada desde lo más lejanos puertos hasta el aserradero de Arawaibisi.

MUERTE DE JUAN SEBASTIÁN BACH

A pesar de su muerte, ocurrida el 30 de julio de 1750, Juan Sebastián Bach continúa siendo sin lugar a dudas uno de los músicos más grandes de todos los tiempos. El más ilustre miembro de la tercera generación de los Bach, familia alemana que durante cinco generaciones, heredó un talento especial para la música haciendo de ella el objeto esencial de su vida. Juan Sebastián Bach nació en Eisenach (Alemania) el 21 de marzo de 1685 y era hijo último del famoso organista de Eisenach, Juan Ambrosio Bach. Desde su más tierna edad estudió los secretos de la música y a los cinco años era un verdadero prodigio ejecutando el órgano y el violín. Pero su carrera musical se inicia a la edad de 15 años como cantor en el coro de la Michaele de Luneburg y solo acaba con su muerte, punto final de un balance de gloria de la cual hablan elocuentemente cientos de obras clasificadas en cantatas, preludios, corales, arias, recitativos, fugas, fantasías, variaciones y obras monumentales como las Misas y la Pasión según San Mateo y el Oratorio de Navidad. La obra de Bach representa la síntesis de una gran época de la historia musical. Fue indudablemente uno de los músicos más originales y profundos que el mundo haya conocido y merece ser llamado maestro de maestros, pues todo los grandes compositores han bebido la inspiración en su música. Mozart, Beethoven, Schumann, Chopin, Lizt, Wagner y muchas otras glorias del arte. Su valor y su significación artística no fueron reconocidos sino muchos años después, gracias a la devoción y comprensión de Schumann y Mandelssohn, principalmente. Bach no fue solo un creador sin par sino también un ejecutante de primer orden, sobre todo en el órgano al que su genio se hallaba íntimamente ligado. Perteneció a la época del Barroco y está considerado como un supremo maestro del contrapunto.

TERREMOTO SACUDE A CARACAS

Un sábado, a las ocho y cinco minutos de la noche, del 29 de julio de 1967, Caracas, la capital de la República, fue azotada por un terremoto, el mayor sufrido en el siglo veinte. El movimiento sísmico de seis grados de intensidad tuvo su epicentro en la propia falla caraqueña conocida con el nombre de “Zona Sísmica Exterior Norte”, la cual se extiende de unos 10 a 20 kilómetros fuera de la costa, entre Arrecifes y Naiguatá. A esta misma falla se le atribuyen los terremotos caraqueños de 1812 y 1900, los cuales causaron tantos estragos como el del 67. Se estima que a consecuencia del violento sismo perecieron más de 250 personas, 2.000 resultaron heridas y las pérdidas materiales calculadas en quinientos millones de bolívares. El sismo duró treinta y cinco segundos y fue seguido de otros menos intensos que contribuyeron a colmar de pavor a la gente que estuvo durmiendo por varios días en las calles, plazas y avenidas. Varios edificios de gran altura se desplomaron en Caracas y el Litoral y entre sus escombros quedaron sepultadas familias enteras. “El primer terremoto de Caracas de que se tiene noticias, acaeció el 11 de junio de 1641, a las nueve de la mañana, arrasó la Catedral, los conventos principales y causó 200 muertos, cifra elevadísima en relación con la población de la ciudad en aquel entonces. El segundo ocurrió el Jueves Santo de 1812 que por poco destruye junto con Caracas a la naciente República, pero que sirvió para probar el temple heroico de un caraqueño llamado Simón Bolívar. El tercero, se registró el 29 de octubre de 1900, y alcanzó menores proporciones que los otros, no obstante que logró hacer perder el control de sus nervios al dictador Cipriano Castro, tirándose de un balcón. El 29 de julio de 1967 fue el cuarto, violento, demoledor, luctuoso difícil de olvidar, sobremanera porque ocurrió cuando la bella Caracas cumplía cuatrocientos años de su nacimiento.

DÍA NACIONAL DEL PERÚ

Hoy es el Día Nacional del Perú. Recuerda la nación hermana la entrada a Lima del general José de San Martín y la proclamación de la Independencia en la Plaza Mayor, el 28 de julio de 1821. El indígena Túpac Amaru encendió la antorcha de la libertad en aquellas tierras y fue sacrificado al igual que José Gabriel Aguilar en Huanuco y García Pumacahoa en Cuzco. Precursores fueron ellos de la independencia del Perú. Cayeron apenas comenzando el largo y ardoroso camino, pero sus banderas fueron recogidas más adelante por hombres del mismo temple que las mantendrían siempre muy altas. Desde Chile y Argentina, José de San Martín y desde Venezuela y Nueva Granada, Simón Bolívar. Ambos líderes de la libertad habrían de abrazarse en Guayaquil para decidir definitivamente la suerte del Perú y América. Perú era el último baluarte de los realistas españoles y de donde se podía emprender una reacción capaz de comprometer la integridad de las naciones libertadas. Por eso Bolívar se mostró interesado en penetrar con sus fuerzas al Perú, pese a que una gran parte de ese territorio había sido conquistado por San Martín. José de San Martín comprendió la incapacidad de sus fuerzas para combatir al enemigo y se marchó a Europa, pero el Gobierno que lo sustituyó en el mando antepuso inconvenientes de honor militar a la entrada de Bolívar. Tuvieron que ser desechos en las batallas de Toratá y Moquegua para que el diputado Olmedo atribulado por la dramática realidad, instará al Libertador con estas palabras: “Todos los elementos de ataque y de defensa acumulados en el Perú, sólo esperan una voz que los una, una mano que los dirija, y un genio que los lleve a la victoria”. Esa voz, esa mano y ese genio sintetizaban la figura de Bolívar, quien marchó desde Guayaquil hasta Lima en medio de las aclamaciones del pueblo, para tomar el mando supremo del Ejército Unido del Perú. El Libertador abrió las hostilidades contra el General Canterac al que derrotó en la pampa de Junín en un combate silencioso de armas blancas que duró más de media hora. Meses después Bolívar entregó el mando del ejército al General Antonio José de Sucre, mientras pasaba a Lima a preparar nuevos contingentes. El 9 de diciembre de 1824 el General Sucre salió con destino a Cuzco, al encuentro de 12 mil soldados comandados por el Virrey La Serna, a los que hizo molder el polvo de la derrota en la sabana de Ayacucho. Con el triunfo de los patriotas en Ayacucho. Quedo definitivamente asegurada la Independencia del Perú y América.

EL POETA CARDUCCI

El 27 de julio de 1836 nació en Val del Costello, (Toscana), Italia, el poeta Giosué Carducci, quien vivió durante 71 años dejando tras si una obra literaria de gran mérito que ha sido recogida en 21 volúmenes. Carducci era hijo de un médico de ideas liberales que influenciaron determinadamente en su espíritu de naturaleza rebelde. Estudió en la Universidad de Pisa, publicó su primera obra a la edad de 25 años y a esa misma edad ejercía la cátedra de griego en la Universidad de Bolonia. Su fama de escritor de poeta, crítico y profesor descansa en su feroz y vibrante Himno a Satanás y en las series Odas Bárbaras. Fue el primer italiano en obtener el Premio Nobel de Literatura, 1906, poco antes de su muerte ocurrida en la ciudad de Bolonia, cuya Universidad lo venera y ha publicado sus obras completas. Giosué Carducci ejerció sin duda gran influencia sobre las letras de su patria y fue conocido en su inquietante época como el “Profeta de Italia”. Crítico de arte severo y mordaz, combatió el romanticismo y abogó por una posición de avanzada sin distanciarse de las formas clásicas. Se opuso al papado, a la monarquía y el sentimentalismo romántico que dominaba en la literatura italiana de su tiempo. Abogaba por la unidad de Italia y en su poesía se expresa ese sentimiento. Entre sus obras se cuentan, además de las nombradas, “Livia gratia”, “Rimas nuevas”, “Odas paganas”, y “Rimas y ritmos”. Sus mejores poemas, según la crítica, se recogen en Odas Bárbaras.

EL CANAL DE SUEZ

El Presidente Egipcio Gamal Abdel Nasser, el 26 de julio de 1956, decretó la Nacionalización del Canal de Suez y ordenó su ocupación por tropas egipcias así como el edificio y todas las propiedades de la Compañía. Gran Bretaña y Francia protestaron y el conflicto se agravó por la actitud de la Unión Soviética que respaldaba a Nasser. Por otra parte, el conflicto bélico entre Israel y Egipto que ponía en peligro la región del canal, fue aprovechado inteligentemente por Inglaterra y Francia, quienes presentaron un ultimátum a ambas naciones conminándolas a desocupar el área del Canal. El rechazo del ultimátum presentado obligo 48 horas después a que fuerzas aéreas británicas y francesas atacaran las bases militares egipcias y ocuparan regiones importantes del Canal. Nasser actuó rápidamente y ordenó la obstrucción del Canal, mediante el hundimiento de 40 buques. La tensión mundial aumentó y Rusia amenazó con enviar fuerzas armadas en ayuda de Egipto. Pero he aquí que en un valiente y noble esfuerzo por amainar la crisis, las cuatro naciones en pugna aceptaron que las Naciones Unidas intervinieran y el asunto quedó resuelto mediante el arbitraje internacional. El 7 de noviembre del mismo año cesaron las hostilidades y luego 4 mil hombres de las fuerzas de las Naciones Unidas se hicieron cargo de la zona que evacuaron británicos y franceses. La obstrucción del Canal impidió la navegación y las naciones de Europa corrieron el riesgo de sufrir una grave escasez de petróleo debido a que el suministro normal se entorpecería al tener los buques petroleros procedentes de puertos asiáticos, que hacer la travesía por la ruta del Cabo de Buena Esperanza. La navegación se normalizó en abril del 57, nueve meses después de la Nacionalización.

SANTIAGO DE LEÓN DE CARACAS

Francisco Fajardo, guaiquerí margariteño, hijo de una de las mujeres más valientes que figuran en la historia de la conquista de Venezuela, fue el primer poblador criollo del valle de los Caracas. Ayudado por el Cacique Guaicamacuare de Cuarao, entró en tierra de los indios Caracas, hizo las paces con varias tribus y fundó, en el valle donde hoy se alza la gran metrópoli, el hato de San Francisco. Este hato fue ocupado más tarde por el fundador de Mérida, Juan Rodríguez Suárez, quien obedeciendo órdenes de su jefe español inmediato debía explotar las minas de oro de los Teques. Mas, Guaicapuro, valiente Cacique de los Teques, levantó sus flechas contra los explotadores del oro, aniquilándolos mientras que el Cacique Paramaconi arrasaba el Hato de San Francisco, que luego fue transformada en Villa. Después de varias escaramuzas sostenidas por los españoles contra los indios en su afán de penetrar el valle de los indios Caracas, el Gobernador Ponce de León encomendó al Capitán Diego de Lozada, a principios de 1567, la difícil tarea de conquistar el hermoso valle defendido por multitud de tribus. Diego de Lozada lo cumplió, pese a que Guaicapuro a la cabeza de los Tarmas, Mariches y Teques lo atacó valerosamente en varios encuentros. En el propio sitio donde antes Fajardo levantara el Hato de San Francisco, Lozada fundó el 25 de julio de 1567, una ciudad con el nombre de Santiago de León de Caracas. Ese año llegó de Europa al Puerto de Caraballeda don Juan de Pimentel, con el cargo de Gobernador de la Provincia. Subió a Caracas, y atraído por el clima, la fertilidad del terreno y otras excelencias singulares con que la naturaleza adornó al valle, fijó su residencia en esta ciudad, que desde entonces vino a hacer la capital de la provincia. Hasta 1777, Caracas tuvo 56 Gobernadores y Capitanes Generales, de los cuales, los principales fueron: Pedro Ponce de León, Juan Pimentel, quien en 1578, trasladó de Coro para Caracas la capital de Venezuela; Diego de Osorio, Gabriel de Zuloaga, quien rechazó una escuadra inglesa de 17 buques de vela que atacó a la Guaira y Puerto Cabello, y Don José Lozano, el Gobernante que más impulsó el progreso y desarrollo de Venezuela durante la denominación española.