domingo, 7 de agosto de 2016

LA ARAUCANA



Alonso de Ercilla
Nacido en Madrid de familia vizcaína, el 7 de agosto de 1533, Alonso de Ercilla es conocido en el mundo de las letras por su famoso poema épico La Araucana publicado en dos partes. La primera en el año 1.569 y, la segunda, veinte años después. En esa hermosa pieza literaria, describe Ercilla la conquista de Chile por Pedro Valdivia y los sangrientos encuentros que tuvieron los atrevidos conquistadores con los  valientes araucanos.  El estilo es elevado, noble, pero poco esmerado y a veces algo prosaico. Sin embargo, hay en la obra versos admirables como este:
La fortuna es la fuerza de los brazos
Muertos podremos ser, más no vencidos
 Qué ningún mal hay grande, si es postrero. . .
Este poema que es entre de los de la lengua castellana, uno de los más famosos, fue escrito por el poeta en trozos de papel, cuero y  lienzo, entre los numerosos combates en los cuales participó. El poema combina hábilmente elementos históricos, poéticos y fantásticos, pero es en la descripción de las batallas donde sobresale más su pluma, así como en la pintura de los caracteres de los caudillos españoles y los héroes araucanos. Entre sus pasajes más famosos está la muerte de Caupolican, caudillo araucano considerado en Chile como el más genuino símbolo de la raza aborigen, su indomable valor, su natural inteligencia y su arraigado amor a la patria.
Alonso de Ercilla y Zúñiga permaneció en Chile durante ocho años, habiendo llegado a la edad de 22 años en la flota expedicionaria de Jerónimo de Alderate. De regreso a España, se desempeñó en algunas misiones oficiales y vivió lo suficiente para asistir al triunfo de su poema épico “La Araucana”. 

sábado, 6 de agosto de 2016

INDEPENDENCIA DE BOLIVIA


La fecha de hoy recuerda el 6 de agosto de 1825, cuando Simón Bolívar, tras salir airoso de la Batalla de Junín, proclamó la independencia y autonomía del Alto Perú que luego el Congreso Nacional denominó República de Bolivia.
El Alto Perú venía aspirando este nuevo status desde el movimiento de Chuquisaca en 1.809 que hizo posible el derrocamiento del Presidente de la Real Audiencia, García Pizarro.  Esta aspiración tan legítima comenzó a tomar cuerpo en la pampa de Junín, en un atardecer del 6 de agosto de 1.824, cuando 7.700 combatientes mandados por el General Simón Bolívar hicieron morder el polvo de la derrota a las fuerzas poderosas del general Canterac.
Desde aquél momento inicial de la nueva República a esta parte, las luchas internas y externas han sido inevitables como en los demás países de América y han puesto en peligro las instituciones y la integridad territorial de Bolivia. Se recuerda la Revolución de Santa Cruz contra la Presidencia  del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre así como la Confederación Perú–Bolivia, que originó la guerra de Chile y Argentina contra estas naciones. Bolivia perdió como resultado de este conflicto todo su litoral sobre el Pacífico y desde entonces, al igual que el Paraguay, quedó enclaustrada, sin salida al mar.
En 1.904 Bolivia tuvo que ceder al Brasil una inmensa porción territorial a cambio de dos millones de esterlines y una salida al Puerto de Madeira y al Amazonas a través de un Ferrocarril. Entre los años 1.932 al 35, Bolivia sostuvo guerra con Paraguay por el territorio de Chaco que le retribuyó al sellarse la paz, su acceso al río Paraguay y una cuarta parte del territorio disputado. Después de la guerra de Chaco ha habido varios gobiernos militares y varios movimientos revolucionarios como el de Víctor Paz Estensoro, quien nacionalizó las minas de estaño de las grandes empresas de Patiño, Armayo y Hoschild.
Bolivia, hoy en día, esta regida por un Gobierno unitario y republicano elegido por voto directo para un período de cuatro años. La permanente agitación interna y los repetidos conflictos exteriores le han impedido un intenso florecimiento intelectual.            No obstante, posee figuras brillantes como Ricardo Jaimes Freire, Gabriel René Moreno, Fernando Diez de Medina, Alcides Arguedas, Teófilo Vargas y otros.

viernes, 5 de agosto de 2016

EL POETA PERCY SHELLEY

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Tal día como hoy, 5 de agosto de 1792,  nació en Inglaterra el poeta Percy Bysshe Shelley, quien a la  edad de treinta años sucumbió a una tempestad en el Golfo de Spezia, Italia.  Fue él uno de los poetas más importantes e influyentes del romanticismo.
Pero Shelley tuvo una vida tormentosa y trágica que comenzó con su primer libro “La Reina Mab”, la primera de sus obras, poema filosófico de nueve cantos en los que se mezclan versos libres y estructuras líricas. De esta polémica obra dijo indignado un cura: “Infiel, Jacobino, nivelador. El cadalso y la hoguera serían menester para atajar este torrente de blasfemia. El mundo se está hundiendo de nuevo en el maldecido paganismo y la universal anarquía”.
Este libro contra la religión le costó a Shelley su expulsión de la Universidad de Oxford donde estudiaba y de su casa paterna.  De manera que abandonado y sin recursos, se trasladó a Londres y se dedicó a la política, defendiendo la igualdad social.
En 1.811 se casó con Harriet Westbrook, de quien tuvo dos hijos, pero dos años después abandonó Inglaterra y se fue a Italia,  Regresó pronto por sus dos hijos, empero encontró con que había perdido la patria potestad de ellos. En 1816 escribió “El espíritu de la soledad” y ese mismo año su esposa Harriet fue hallada flotando en el estanque de un parque londinense, posiblemente suicidio. Entonces se casó con Mary Goodwin y decidió radicarse definitivamente en Italia, la que recorrió intensamente con el poeta coterráneo Lord Byron. En 1.822, año de su desaparición, Shelley se refugió en el golfo de Spezia.


Casinos–Assens,  traductor de la obra en inglés “Shelley y Byron” escrita por Trelawny, dice en el prólogo de este libro, que Shelley  “es el modelo del artista puro, consagrado a su arte con devoción plena, lleno de moralidad y de conciencia artística.          El arte alcanzó en él sus exigencias máximas; nunca sus imperativos lograron realización más absoluta. Las teorías del arte aristocrático y hermético tuvieron en él su definidor y su modelo”.

jueves, 4 de agosto de 2016

NATALICIO DE JOSÉ NUCETE SARDI



            El 4 de agosto de 1897 nació en Mérida el escritor, periodista, historiador y diplomático, José Vicente Nucete Sardi., autor de una exten
sa como densa obra que culminó en Caracas donde residió hasta el 12 de noviembre de 1972 cuando falleció a la edad de 75 años.
            Hombre inquieto y preocupado por su formación, nunca estuvo satisfecho con lo que en materia de estudios le ofrecía su patria, sino que exploró y aprovechó otras culturas más avanzadas.  Así estudió en las Universidades de Ginebra y Bruselas y realizó cursos libres en la Universidad de Columbia. 
            Con un bagaje de conocimientos envidiable se puso a prueba en el diario más importante de 1922, El Universal, donde trabajó como redactor durante catorce años, al cabo de los cuales renunció para encargarse de la Oficina Nacional de Prensa, creada por el Gobierno de López Contreras..  De aquí paso a dirigir la Revista Nacional de Cultura, del Ministerio de Educación, al tiempo que dirigía junto  Jacinto Fombona Pachano el semanario político-literario  Diagonal.
            Un año antes de ausentarse de la revista, fue llamado por don Enrique Otero Vizcarrondo para que se incorporara como colaborar fijo del diario El Nacional a fundarse el 3 de agosto de 1943.  Allí permaneció durante un tiempo y llegó a ser director del Papel Literario de ese periódico  que entonces se editaba en Puerto Escondido.  Fue director también de otras publicaciones como Elite y  Cultura Universitaria.
            Su carrera diplomática comenzó a ejercerla a raíz de la caída del Presidente Juan Vicente Gómez, al ser designado Secretario de la Delegación de Venezuela ante la Liga de las Naciones.  Después se desempeñó como  Inspector de Consulado, Secretario de varias Legaciones, Embajador de Venezuela en Cuba, en Bélgica y Brasil.  En 1946 fue recibido como Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia en reconocimiento a sus trabajos de investigación histórica, entre ellos, Aventura y Tragedia de don Francisco de Miranda.

miércoles, 3 de agosto de 2016

MUERE EL GRAN TENOR ENRIQUE CARUSO



El 3 de agosto de 1921,  el mundo de las grandes ciudades se sobrecogió ante la noticia de la muerte del gran tenor de todos los tiempos Enrique Caruso, ocurrida el día anterior.
Y no es para menos, Caruso era el mejor cantante en su género y había venido desde lo más modesto para penetrar con sus óperas  el alma de todo el mundo.  De Nápoles con su presencia de anfiteatro y Pompeya atormentada por la lava del Vesubio, nos vino Caruso y con él su temple de cantante eterno. Pero no fue sino después de los 18 años cuando su voz educada los coros celestiales comienza a esparcirse. Hubo de pasar, primero por un taller de mecánica y luego un cuartel de soldados: “¡Estudia canto, que allí está tu vida!”,  le dijo su jefe inmediato en el Ejército y Caruso oyó la voz de aquel hombre cuyo nombre no ha guardado la historia.
A los 22 años hizo su debut formal en Caserta, cerca de su ciudad natal y a los          25 tuvo el mayor triunfo que se haya presenciado en el gran teatro consagratorio de la lírica mundial, la Scala de Milán, en el estreno de la ópera Fedora. Siguió en ascenso y en 1.902,  se dio a conocer internacionalmente al estrenar en Montecarlos la ópera La Boheme junto con la célebre soprano Nellie Melba. En 1.903 debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva Cork, interpretando Rigoletto, para erigirse desde entonces en el artista obligado de las temporadas oficiales del más reputado Teatro de América.
Actuó en todas las grandes capitales del mundo y en su repertorio figuraban las mejores óperas italianas,  francesas y alemanas. En su vida íntima se distinguió siempre por lo alegre y bromista y por su  gran habilidad para dibujar caricaturas.
Cantaba  La Judía en uno de los teatros de Nueva York, cuando una inflamación de la membrana que envuelve los pulmones le paralizó la voz para siempre. Fue el 24 de diciembre de 1.920,  ocho meses después fallecía en su patria.  En la Iglesia de Nuestra Señora de Pompeya, donde cantaba de niño, hay una enorme vela de cera cuya duración se calcula en 2.000 años. Se la encienden solo una vez, el día de todos los Santos y gentes de muchos lugares acuden a rezar al pie de la vela por el eterno descanso del gran tenor dramático italiano.

martes, 2 de agosto de 2016

NATALICIO DE DON RÓMULO GALLEGOS


En una modesta casa de la esquina de “El Zamuro”, en Caracas, nació el 2 de  agosto de 1.884, quien llevado a la pila bautismal de la Iglesia Católica sería registrado con el nombre de Rómulo Ángel del Monte Carmelo Gallegos y Freyre. Pero la nación, más tarde, solo sabrá decirle: Rómulo Gallegos.
La vida de Rómulo Gallegos, como ha sucedido con muchos de los hombres de letras, transcurrió en la pobreza que predominó en la Venezuela del siglo diecinueve. De tenedor de libros y jefe de una estación de Ferrocarriles, pasó a ser, gracias a su inteligencia, estudios y disciplina, maestro, profesor y novelista.
Gallegos ejerció el magisterio entre 1912 y 1930 y durante ese lapso escribió sus novelas, entre ellas, Reinaldo Solar, la primera; Doña Bárbara, la más conocida y en la que plantea la lucha entre la civilización y la barbarie; La Trepadora, Canaima, Pobre Negro y La Rebelión que es un libro de cuentos.
Hombre mesurado, severo e invariable, observó con dedicación el drama del hombre de su tierra y lo plasmó en sus obras, gracias a su vena intelectual, profusa e inagotable. No solamente el drama del hombre venezolano sino el paisaje amplio y bucólico de su patria. La labor literaria de Rómulo Gallegos es intensa, subyugante y creadora y no se queda estacionada en el limbo de la espiritualidad sino que va más allá. Rómulo Gallegos aunque parezca paradójico, se hace político que es lo mismo que decir,   se hace ciudadano integral y entra de lleno en la vida cívica con ansia de escalar la posición estratégica para redimir al venezolano del drama angustioso en que se desenvuelve. Pero vinieron exilios y tiempos infortunados que no amilanaron al escritor y al político, que no lo derrotaron ni lo envenenaron. La gloria -escribió alguien – necesita sacrificio, renuncia, disciplina  y  Gallegos ejercitó los tres para conquistar el pedestal de las letras sobre el que hoy se yergue su figura de intelectual insigne.  Su calvario como político comenzó  cuando, siendo  Presidente de la República en 1948, fue derrocado por los mismos militares que introdujeron a su partido Acción Democrática en el Poder.  Después de un largo exilio entre Cuba y México, Gallegos retornó a su patria a raíz del 23 de enero de 1958, pero falleció el 4 de abril de 1.969. 

lunes, 1 de agosto de 2016

COLÓN DESCUBRE A VENEZUELA

            El primeo de agosto de 1498, Cristóbal Colón, en el curso de su tercer viaje, hizo contacto por primera vez  con las costas de Venezuela, entrando por Boca de Serpiente.
Al mando de seis barcos, costeando el sur de la Isla Trinidad, frente a las bocas del Orinoco,  el Almirante columbra inmensas tierras paradisíacas que la humanidad adoptará más tarde como el  Continente Americano. Creía el predestinado navegante que aquella tierra, cubierta de vegetación y bien provista de agua, era parte de la “Costa de Cuba” u otra Isla semejante, tanto así, que luego de costear hacia el noroeste y llegar a la Península de Paria, llama a ésta “Isla Santa”, nombre que más tarde cambió por el de “Isla de Gracia”.
A pesar de la enorme distancia de tierra existente entre la desembocadura del Orinoco y la Península de Paria, Colón no asume que está ante todo un Continente, pero se asombra y exclama: “¡No hay tierras en el mundo que puedan ser más verdes ni más bellas y pobladas que éstas!”.
Colón no desembarca en Tierra Firme, pero los indígenas agradecidos por la presencia inexplicable de aquellas naves extrañas, llegan hasta ellas cargados de frutas, perlas y bastimentos. Conducta distinta a la de los Antillanos que llamó poderosamente la atención del Almirante. Entonces puso a volar su imaginación y ya no le parecía una Isla aquella tierra exuberante sino un continente. Probablemente Asia con su río Ganges (el Orinoco) o tal vez el Paraíso Terrenal (Guayana).
Colón navega hacia el oeste 330 leguas de costas, descubre las  islas de Margarita y Coche, los ricos placeres de  Cubagua y se aventura hasta la Vela de Coro.   En ninguno de los lugares donde anclaron sus naves quiso desembarcar. Estaba urgido de llegar a la Española, no obstante que tenía prohibido regresar a ella, pero desobedeció órdenes reales y al desembarcar allí, fue preso, engrillado y conducido de vuelta a España.
Después de este desventurado tercer viaje, Alonso de Ojeda y Américo Vespucio reconocieron las costas de Venezuela desde el Promontorio de Paria hasta a Península de la Guajira, año 1499. Desde entonces arranca el nombre de Venezuela, pronunciado por los indígenas que en el Golfo de Maracaibo tenían sus chozas construidas sobre el agua.