domingo, 25 de junio de 2023

EL CORREO DEL ORINOCO Y EL DÍA DEL PERIODISTA

El 27 de junio de 1818 apareció el primer número del “Correo del Orinoco”, hebdomadario fundado por Bolívar y Francisco Antonio Zea, en la ciudad de Angostura, para servir y defender los intereses de la causa republicana. La prensa donde se imprimió fue fabricada en los Estados Unidos y llegó a Angostura por la vía de Trinidad a principios de octubre de 1817 y, circunstancia realmente curiosa, fue pagada en parte con 25 mulas guayanesas que para la época costaban 25 pesos cada una. El taller de impresión fue instalado en la casa del alcalde provincial don José Luis Cornieles y el gobierno lo puso bajo la dirección del tipógrafo inglés Andrés Roderick, quién devengaba 50 pesos mensuales. En 1821, por disposición del gobierno de Colombia, Roderick viajó a Maracaibo con otra imprenta traída de Filadelfia y la del Correo, bajo la dirección del tipógrafo Bradshow, fue reinstalada en el sótano de la casa donde se reunió el Congreso de Angostura. El “Correo del Orinoco” nació como contrapartida de la Gaceta de Caracas orientada por los vasallos del Rey a desacreditar el origen, los medios y resultados de la guerra de independencia. Hasta el número once estuvo circulando en formato de cuatro páginas de 32 x 24 cm en texto de dos columnas. De allí en adelante aumentó su formato a 36 cm por 26 y texto de tres columnas. Estuvo circulando - 128 ediciones – hasta ocho meses después de la Batalla de Carabobo. Con el “Correo del Orinoco” nace sostenidamente el periodismo libre e independiente de Venezuela. Por esta sola e indiscutible razón, la IV Convención Nacional de Periodistas consagró el 27 de junio como Día del Periodista.
EL CORREO DEL CARONI El 27 de junio de 1977 entró en circulación desde Ciudad Guayana, el Correo del Caroní, editado en los talleres de la Editorial Roderick y dirigido por su propietario, el doctor David Natera Febres. Un matutino tamaño standard, dos cuerpos y un número de páginas acorde con una ciudad en crecimiento. La rotativa instalada, sistema offset, correspondía para entonces a una de las más modernas llegadas al país y, en la práctica, la más grande de la provincia venezolana, con capacidad para editar un diario de 32 páginas, cuatro colores en la primera y última páginas de cada cuerpo. Hasta ese momento, Ciudad Guayana, integrada por la antigua San Félix y Puerto Ordaz, no había dispuesto de un diario, apenas semanarios, unos más importantes que otros, pero de vida efímera. Y era explicable, pues la población de la zona del Caroní fue exigua y ruralmente dispersa hasta la década del sesenta cuando comenzó a crecer aceleradamente gracias a la inmigración atraída por el señuelo de la explotación del hierro. En todo caso, bastaban los periódicos de Ciudad Bolívar que madrugaban en el puerto de las chalanas por el barrio Dalla Costa. Proyectos hubo, sin embargo; pero jamás cristalizaron porque siempre pendía sobre ellos como un peligro la experiencia vivida por otras publicaciones en el país, cuyo esfuerzo humano de sustentación sucumbía a los costos de insumos que se importaban con divisas cada vez más escasas y difícil de obtener. Hoy por hoy, la situación no es distinta, ni siquiera optimista para las publicaciones de provincia existentes, empeñadas en permanecer. El Correo del Caroní, sin embargo, podríamos decir que se halla blindado contra esas dificultades porque su tiempo de un cuarto de siglo ha sido inteligentemente administrado y cualquier tiempo venidero, por difícil que sea, nunca será, como el de su advenimiento, nutriente de una voluntad de superación a toda prueba.

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