El 12 de enero de 1872, nació el famoso escritor norteamericano, autor de cincuenta libros, Jack London, o mejor dicho, Jonh Griffith London, su nombre verdadero.
Jack London nació en San Francisco, hijo de un astrólogo ambulante y de una
espiritista. Durante su adolescencia fue un vendedor de diarios. Se hizo
marinero después, vendedor de ostras, estibador, formó parte de la tripulación
de un ballenero; luego viajó a pie por su país y el Canadá picado por el anhelo
de aprender. Siguió estudios universitarios en California que luego abandonó
para viajar a Alaska (1898), empujado por la fiebre del oro.
De
regreso a San Francisco comenzó a relatar sus experiencias. En 1900 publicó una
colección de relatos titulada El hijo del lobo que le proporcionó
gran éxito. Periodista ágil y dinámico, marchó al Japón como corresponsal
de guerra durante el conflicto ruso-japonés de 1904. Publicó más de 50 libros
que le proporcionaron grandes ingresos pero que dilapidó en viajes y alcohol.
Entre
sus novelas se cuentan, además del El hijo del lobo, La peste
escarlata, El lobo de mar, El vagabundo de las estrellas, Jerry el de las
islas, La llamada de la selva, Antes de Adán, Colmillo blanco, Martín Edén y
John Barleycorn. En estas dos últimas novelas está reflejada su
vida. Fue corresponsal de guerra y vivió dos matrimonios tormentosos. Se
suicidó a la edad de 40 años. En sus obras se combina el más profundo
realismo con los sentimientos humanitarios y el pesimismo.
De California era también Amelia Earhart, quien el 12 de enero de 1935, voló en
un aeroplano de Unululú a California. Dos años más tarde habría de desaparecer,
presumiblemente muerta por accidente, mientras efectuaba la vuelta al mundo y
volaba desde Lae, Nueva Guinea a la Isla de Hiwland, acompañada por su
navegante Fred Noonan. Amelia Earhart era una aviadora norteamericana que tras
diez horas de aprendizaje, guió sola su primer aeroplano. Por sus hazañas en el
aire, Amelia Earhart es una figura legendaria en los anales de la aviación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario