El 13 de enero de 1690, a la edad de 66 años, falleció en Inglaterra Jorge Fox, fundador de la secta religiosa de los cuáqueros en ese país. La secta, erigida sobre teorías sencillas, sin dogmas, no admitía las ceremonias ni la jerarquía eclesiástica, prohibía el juramento, las armas y la “Luz interior” que arde en el fondo del alma.
La palabra cuáquero significa “Tembloroso” y proviene de la famosa
frase de su fundador: “El nombre de Dios me hace estremecer”. La secta,
llamada también Sociedad de Amigos, se extendió hasta Norteamérica, siendo
Pensylvania el lugar donde adquirió mayor auge.
La secta de los cuáqueros se distingue por su acción filantrópica, cristalizada
en grandes obras durante la guerra. Por ello, en el año 1947, se les concedió
el Premio Nóbel de la Paz.
También, tal día como hoy, el célebre escritor francés Emilio Zola por su
famoso alegato “Yo Acuso” (13 de enero de 1898), causando sensación y
convirtiéndose en el mar ardiente paladín de la revisión del proceso Dreyfus.
Alfredo Dreyfus fue un militar francés acusado ante el Ministro de Guerra con
un documento sin firma de haber vendido documentos importantes a Alemania. Un
consejo de guerra lo declaró culpable, fue degradado, condenado a prisión
perpetua y enviado a la Isla del Diablo. En dos bandos se dividió la opinión
francesa, uno que defendía el fallo y otro sosteniendo que nada permitía
condenar a un inocente. Al fin hubo una revisión de la causa y el Tribunal
acordó la absolución. Dreyfus fue rehabilitado y reintegrado al ejército
francés. (AF)
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