El 9 de abril se conmemora el aniversario de la trágica muerte del General Tomás de Heres, hijo guayanés y prócer de la independencia sur-americana. Había nacido en la ciudad de Angostura en septiembre de fines del siglo dieciocho. Su padre Don José de Heres fue uno de los Gobernadores de Guayana durante la Colonia y su madre se llamó Doña María Josefa de Rivero.
El General Tomás de Heres fue al igual que su coterráneo José
Asunción Farreras, prócer de la independencia sudamericana. Su cultura y su
inteligencia lo definieron siempre en la guerra de independencia como excelente
táctico y estratega y en la vida pública como servidor de incomparables
méritos.
En 1820 lucho al lado del General José de San Martín, el
arquetipo de la argentinidad. Más luego fue gobernador de la Provincia de
Cuenca en el Ecuador; Jefe del Estado Mayor General Libertador; Secretario
General de Bolívar; Ministro de Guerra y Marina y Ministro de Estado en
el Departamento de Gobiernos Exteriores del Perú; Encargo de Negocios de las
Repúblicas de Colombia en Chile; Segundo Jefe del Ejército del Sur al mando de
Sucre; Diputado por Guayana al Congreso celebrado en Colombia en 1830;
Presidente de la Asamblea legislativa de la Provincia de Guayana en 1831 y
Senado por a misma del 33 al 34; Jefe de Operaciones del Orinoco y Comandante
de Armas de Guayana.
Estos son los hitos de su larga y espinosa carrera de 23 años, por su patria chica y por ese pedazo de América libertada por Bolívar. Desgraciadamente el soplo de su vida fue mal disipado el fatal día que cayó de rodillas y con el rostro vuelto al regazo de Monseñor Talavera con quien tertuliaba. Así termino la vida del prócer. A la memoria del héroe es escaso el tributo rendido, si acaso un busto frente al Fuerte Cayaurima y una escuela, cuya algaraza vigila penitente la estatua de Bolívar.
TOMÁS DE HERES: UNA MUERTE POR ENCARGO
La del General Tomas de Heres fue virtualmente una muerte
por encargo, De quien o quienes? Nunca las autoridades judiciales
ni civiles lo esclarecieron El Juez Antonio Ezeiza interesado en el
caso dado los lazos de amistad que lo ligaban a la familia Heres
Rodil, fracaso al no encontrar pruebas fehacientes que incriminaran a
los sospechados, ni siquiera a los responsables de un articulo aparecido
días antes en el semanario de la Sociedad Filantrópica en el cual se
vaticinaba su caída.
El artículo se refería, a manera de respuesta, a lo dicho por
Heres en una reunión ocurrida en la casa de Tomas de Armas el 27 de
marzo, según el cual sus partidarios tenían que trabajar constantemente
en la liquidación de la Sociedad Filantrópica para evitar que "los forasteros
se apoderen del mando en Guayana"
También se especuló y pesquiso sin resultados probatorios
sobre la presunta autoría intelectual de quienes heredaron los bienes de
Magdalena Guerra de Natera a través de un testamento denunciado como apócrifo
y en cuya sentencia de nulidad, declarada en primera instancia por un
Tribunal, habría influenciado Heres. No obstante esta sentencia quedo
definitivamente revocada en instancia superior.
Lo cierto es que de la autoría material e intelectual del
crimen nada se pudo indagar con fundamentos. Sin embargo en 1853, por
actuarios de las autoridades de San Fernando que conocían de varias denuncias
de abigeato, aparece como indiciado un tal Antonio López, quien había sido
en 1842 cabo de la guarnición de Ciudad Bolivar. A este señor se
le incriminaba también haber sido el autor del atentado contra el General Tomas
de Heres.
A fin de profundizar sobre los hechos denunciados, las
autoridades de San Fernando, ordenaron la captura e informaron al Juez
de Ciudad Bolivar, Manuel Silvestre Díaz, quien acompañado del
oficial Francisco Ferian y 15 soldados de la guarnición, viajo a cumplir
la diligencia en La Urbana, lugar donde residía Antonio López, pero este
al verse intimado burlo la acción de captura y se internó en la selva del
Alto Meta de donde nunca mas se supo de el.
Fatal alternativa para un cambio político
Los dueños de los medios de producción y comercio, por regla
general, tienden de alguna manera a influenciar o ejercer control de la
cosa pública en función de sus intereses y cuando ello les resulta
difícil, estimulan o lid erizan la oposición hasta alcanzar su objetivo.
Desde su llegada a Angostura, luego de concluida la campana
del Sur, el prócer Tomas de Heres, al igual que en provincias
distintas otros de la guerra de Independencia, se erigió, bajo la
protección del Poder central, en caudillo de la provincia de Guayana, ocupando
cuando no la Comandancia de Armas, la Gobernación o, en todo caso, sosteniendo
en esos cargos a gente de su influencia.
Heres resulto un gobernante austero. Inflexible, apegado a
una ley, muy poco avenida a las características del comercio provincial.
Ello, por supuesto, resulto intolerable para los intereses de la
economía regional que tenia como eje a la poderosa casa mercantil del inmigrante
serones Juan Bautista Dalla Costa, instalado en Angostura desde los mismos
tiempos postrimeros de la Colonia, pero que ostentaba el haber prestado
importantes servicios a Bolivar y a la causa republicana.
Para 1842 cuando ocurrio el atentado que segó su vida, Heres
llevaba 12 años en el Poder y no había manera de avenirlo o sustituirlo, pese
a que Dalla-Costa había organizado una implacable oposición a través de la
"Sociedad Filantrópica" y contaba en la altura del poder central
con el virtual apoyo de Carlos Soublette, hermano de su esposa Soledad
Soublette Aristeguieta. Era que los galones del procerato pesaban
demasiado a la hora de una decisión y los Gobiernos procuraban a favor de la
estabilidad mantener contento los caudillos militares. La única salida
parecía ser la muerte natural o trágica.
Y por la salida trágica salio Heres mediante atentado alevoso
cuyos hilos guardaron muy bien los grandes intereses económico políticos como
lo evidencia la más elemental disección.
Simón García, un militar conservador, a través de un
manuscrito fechado en San Fernando de Apure en 1858, ayuda a
poner en claro algunos aspectos del atentado contra Heres, cuando
señala ' con precisión los nombres de los autores materiales y
del dinero que recibieron por llevar a cabo su crimen.
Se desprende del manuscrito que el atentado tuvo su origen en
una conspiración civil que utilizo a un capitán (Eliseo López) y a un
cabo de la guarnición (Antonio López), los cuales recibieron cada uno
3000 pesos con los cuales iniciaron una nueva vida, uno en el
Cuchivero donde fue asesinado, y el otro en el Alto Orinoco, tragado por
la selva.
Simón García, quien comando tropas del gobierno
contra sublevaciones en el interior de Guayana en tiempos de la Guerra
Federal, menciona asimismo nombres de gente de la Sociedad Filantrópica, solo
que señala como móvil lo del testamento de la señora Magdalena de Natera
¿acaso como pretexto para desviar la atención de los verdaderos móviles
del atentado?' Lo inexplicable es que el hijo homologo de Juan Bautista Dalla
Costa, siendo Gobernador de la provincia en 1861, haya perdonado a
García cuando este fue depuesto de su cargo por el Gobernante anterior,
Florentino Grillet, responsabilizado de la muerte de varios
revolucionarios capturados en Las Bonitas.
Lo cierto es que la muerte de Heres permitió el acceso de la
Sociedad Filantrópica al poder a través de las elecciones de 1846 ganadas
por Francisco Avendaño, un cumanés prócer de la independencia recomendado
por el Presidente Soublette y a quien después llamo, antes de Alegar al final
del periodo de su mandato (1843-1846), para nombrarlo Ministro
de Guerra y Marina. A partir de allí fue mas libre y alternativo el juego
político, gente de uno y otro bando se alternaban en el Poder y el proceso
democrático se acentuó cuando triunfante la Guerra Federal, la provincia
de Guayana se transformó en Estado Soberano. Juan Bautista Dalla Costa
hijo, quien se había educado y formado en los mejores colegios europeos,
ejerció durante cinco años la presidencia del Estado Soberano de Guayana y
se destaco como un gobernante de progreso y visión futurista.
Heres en el Panteón Nacional
Los restos de Heres que se hallaban en bóveda prestada,
fueron exhumados e inhumados en la Catedral, igualmente los del prócer
José Tomas Machado, quien había fallecido el 30 de enero de 1862.
El 16 de noviembre de 1942, a los cien años del
atentado, los restos del general Tomas de Heres volvieron a exhumarse y
esta vez para rendirle los honores del Panteón Nacional.
El testimonio del lugar donde se encontraban los restos, lo
dio el albañil Pedro Calderón, quien en 1895 le puso a la Catedral el
piso de mosaico. También fueron exhumados los restos del capitán de
navíos José Tomas Machado. Se hallaban dichos restos inhumados en fosas
hechas de adobes y mezcla mulata (cal, arena y tierra) piso de ladrillo.
Actuaron en la ceremonia de exhumación el juez Francisco D'
Enjoy Ravago, el Presidente del Estado coronel Carlos Meyer y los
familiares del prócer Clara Rodil de Machado, Gabriel Rodil de Ortiz,
Rosalía Ortiz de Jara y Mercedes Rodil de Astor, así como el Dean de la
Catedral Dámaso Cardozo.
Los restos de ambos próceres fueron trasladados a Caracas
el 24 de noviembre y el Ejecutivo del Estado comisiono para su
entrega al doctor José Gabriel Machado, quien pronuncio el discurso de orden
en la ceremonia de la Catedral y al Pbro. J. M. Guevara Carrera. (AF)
Publicado por Américo Fernández en 4:12
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