Se recuerda la
muerte de Jorge Jacobo Dantón y Camilo Desmoulins ocurrida en el cadalso
francés en la década de las grandes transformaciones y sacudimientos de
carácter político y social que agitaron a Francia entre 1789 y 1799.
“¡Enseña mi cabeza al pueblo, Vale la pena!” - gritó Dantón al
verdugo antes de sentir sobre su cabeza el golpe tremendo de la guillotina.
Bastaba con que el Verdugo hubiese cumplido aquel último mandato de su
víctima para que todo el pueblo de Francia se hubiera volcado en fúrica
protesta, porque Dantón era un revolucionario convencido querido por el pueblo.
Después de la toma de la Bastilla dirigida por Desmoulins, a quien también tocó
en suerte morir el mismo día, Dantón se erige en uno de
los agitadores más populares de Paris. Más que un orador,
Dantón fue un tribuno popular, cuya elocuencia, ayudada por su voz estentórea,
se impuso en las reuniones de barrios, en los clubs y en las asambleas. Llegó a
convertirse gracias a su fogosa oratoria y audaces concepciones en una de las
más importantes figuras de la Revolución Francesa. Fue un apóstol de la
resistencia y sostenedor del terror aunque después se declaró enemigo de éste.
A sus partidarios los indulgentes se opusieron los hebertistas. Se acusaron mutuamente
de corrupción y traición. Robespierre, el más célebre hombre de la revolución,
quiso terminar con ambos grupos y Dantón, en peligro, no quiso defenderse
(“Prefiero cien veces ser guillotinado”) - dijo -. Ni huir
¿Acaso lleva uno su patria en la suela de los zapatos?. Ante el Tribunal
recuperó toda su audacia y cuando le preguntaron su nombre respondió: “Soy
Dantón, suficientemente conocido en la Revolución. Pronto no seré nada, pero mi
nombre vivirá en el Panteón de la Historia”. Para evitar las reacciones del
pueblo se le condenó sin estar presente.
DESMOULINS, revolucionario como Dantón, en su folleto “La filosofía del pueblo
francés” predijo la revolución. Dirigió el ataque contra la Bastilla y sus
publicaciones ejercieron gran influencia en la marcha de los acontecimientos de
entonces. Fue acusado de moderantismo y por haber sostenido a Dantón murió
también., tal día como hoy, en el cadalso. Igualmente su bella esposa Lucila
Duplessis. (AF)
No hay comentarios:
Publicar un comentario