miércoles, 17 de julio de 2013

N O V I E M B R E

DÍA DE TODOS LOS SANTOS
Primero de Noviembre.- La Iglesia Católica consagra el día de hoy a la fiesta de todos los Santos, de aquellos seres humanos a quienes la religión considera liberados de toda culpa y, por lo tanto, cercanos al Ser Supremo. La santidad es sinónimo de perfección y a ella se llega por el mismo afán de ser perfecto y cuando es profundamente sincero, vocacional y suele alcanzar un grado heroico.
En los primeros tiempos del cristianismo sólo se consideraban santos aquellos perseguidos y martirizados por sostener y defender la doctrina de Jesús, pero luego del siglo décimo solo se consideraron tales, aquellos beatificados o canonizados por la Santa Sede Apostólica.
La Iglesia Católica hoy en día medita y procede con extremado cuidado cuando se trata de otorgar esa suprema dignidad. No basta con hacer buenas obras ni realizar una verdadera labor de apostolado sino que es indispensable comprobar que en el alma de aquella persona habitó la gracia divina de Dios y que fue capaz de realizar milagros. Los hechos milagrosos son estudiados cuidadosamente y solo son considerados como tales cuando la ciencia profana se manifiesta impotente para descifrarlos en su origen.
La Iglesia prohíbe la adoración de los Santos, sólo admite la veneración y ella se practica en las iglesias católicas, rusa, ortodoxa y anglicana. Se considera que los Santos por su estado de pureza constituyen el puente entre Dios y las almas en estado de plegarias. Esta concepción doctrinaria de la Iglesia fue violentamente atacada por la Reforma de Lucero que basó sus acusaciones en “La venta de indulgencias y en el culto fetichista” del que se hicieron objeto  determinadas imágenes. Sin embargo, La veneración de los santos tiene su origen en las Sagradas Escrituras, según las cuales es el camino cierto y seguro para llegar a la divinidad.


DÍA DE LOS FIELES DIFUNTOS
            2 de Noviembre.-Los cristianos católicos conmemoran hoy 2 de noviembre el día de los muertos o de los “fieles difuntos” mediante ritos y oraciones, sacrificios y limosnas, responsos y ofrendas,  convencidos que de esta manera se intercede ante Dios para que libre a las almas del purgatorio y así recibir los favores del cielo.
            El día de los difuntos se conmemora el 2 de noviembre desde el año 998, por iniciativa de los monasterios cluniacenses o de Cluny que también tienen mucho que ver con la reforma gregoriana.
            Entre los campesinos europeos, el Día de Difuntos permite recuperar muchas costumbres populares pre-cristianas. Asimismo, entre algunos pueblos latinoamericanos, incluyendo a Venezuela, en el Día de los Muertos se realizan numerosas ofrendas, especialmente de comida, bebidas y flores para complacer a los familiares difuntos y obsequiarlos con provisiones para su larga jornada que conducen a los tortuosos umbrales del cielo, según las creencias de las religiones prehispánicas.
            Pero si bien ese día del penúltimo mes del año, los deudos van al cementerio, por lo general y sobremanera en el medio rural o semi-rural, la ofrenda está presente todo el año.  En algún rincón o lado de la casa siempre hay un altar para los dioses tutelares y los antepasados familiares a quienes se alumbra diariamente y les realiza una ofrenda extraordinaria en la conmemoración de la festividad del 2 de noviembre.
            Sobre el misterio de la muerte hay tantos ritos y se ha escrito y filosofado tanto que hasta existe un llamado Libro de los muertos, nombre dado en general a una amplia colección de textos funerarios de varias épocas y que contienen fórmulas mágicas, himnos y oraciones que, según los antiguos egipcios, guiaban y protegían el alma durante su viaje a la región de los difuntos. Para ellos, el conocimiento de estos textos permitía al alma protegerse de los demonios que intentaban impedirle su progresión y pasar las pruebas establecidas.


INDEPENDENCIA DE PANAMA

Panamá que recuerda el 3 de noviembre de 1903 como el día solemne de su independencia y a Tomás Herrera como héroe nacional, bajo el candor de su flor nacional la Orquídea del Espíritu Santo, es una república que comprende el istmo de su nombre, situada en la América Central.
Ese pedazo de América entre el Mar Caribe y el Pacífico, se extiende sobre una superficie de 75.517 kilómetros cuadrados poblada por más de tres millones de habitantes. Al principio fue poblada por los chibchas, los caribes y los chocoes. Luego, del descubrimiento vinieron Rodrigo de Bastidas, Vasco Núñez de Balboa. Era tierra conquistable y, por lo tanto, el Rey, en 1508, resolvió colonizarla. Se creó la Real Audiencia de Panamá, posteriormente se anexó al Virreinato de Nueva Granada.
Panamá prosperó rápidamente y gozó de fama y esplendor hasta 1671 que los piratas de ultramar la pusieron en la mira. Entonces era llamada la “Copa de Oro” y con esa copa quiso emborracharse hasta la saciedad el pirata Enrique Morgan, que terminó incendiándola.
En noviembre de 1821, Panamá se incorporó con el nombre de Departamento del Istmo a la nueva República de Colombia creada en Angostura por el Libertador Simón Bolívar; pero años más tarde, el General Tomas Herrera encabezó un movimiento para emancipar a su patria, del que surgió el Estado Libre de Panamá, que presidió durante trece meses, al cabo de los cuales hubo que retroceder ante una amenaza exterior.
Pero el sentimiento de independencia persistió hasta materializarse el 3 de noviembre de 1903, cuando los panameños al unísono proclamaron su soberanía bajo la protección de Estados Unidos que aspiraba en contra de la posición colombiana la firma de un tratado para la construcción de una canal a través del istmo lo cual se materializó en 1914 cuando fue inaugurado con honda repercusión siempre en la vida económica, social y política de los panameños.

LA UNESCO
         El  4 de noviembre de 1946, se fundó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con sede en la ciudad de Paris.
El principal órgano decisorio de la UNESCO es su Asamblea General, compuesta por representantes de los 181 estados miembros. La Asamblea General elige al director general y al comité ejecutivo que integran 51 estados miembros y se reúne dos veces al año para supervisar la puesta en práctica de las políticas bienales.
México y la República Dominicana fueron los primeros países latinoamericanos que formaron parte de la UNESCO y suscribieron su acta fundacional. La primera conferencia general se celebró en París, pero la segunda tuvo lugar en ciudad de México al año siguiente de su fundación.
El primer director general de la UNESCO fue el biólogo británico Julian Sorell Huxley (1946-1948). Le sucedió en el cargo el mexicano Jaime Torres Bodet (1948-1952), hasta entonces secretario de Relaciones Exteriores de su país. Los siguientes directores generales han sido los estadounidenses John W. Taylor (1952-1953) y Luther Evans (1953-1958), el italiano Vittorino Veronese (1958-1961), el francés René Maheu (1961-1974), el senegalés Amadou-Mahtar M’Bow (1974-1987) y el español Federico Mayor Zaragoza (1987- ), quien, desde su nombramiento y posterior reelección en 1993, apostó por el reto de la globalidad y la complejidad, aplicados al mundo de la cultura y del desarrollo educacional.
 Las prioridades principales de la UNESCO son conseguir educación para todos, establecer una cultura de la paz a través de la educación, promover la libre circulación de información entre los países y la libertad de prensa, proteger el patrimonio natural y cultural y defender la expresión de las identidades culturales. Las cuestiones a las que se da prioridad son la educación, el desarrollo, la urbanización, la población, la juventud, los derechos humanos, la igualdad de la mujer, la democracia y la paz. Las políticas de sociedad y de ciencias sociales de la UNESCO dan prioridad a los problemas de los jóvenes, que son las primeras víctimas del desempleo, a las desigualdades económicas y sociales, y a la creciente disparidad entre los países en vías de desarrollo y los países desarrollados.


EL POETA LUIS CERNUDA

            El 5 de noviembre de 1963, dejó de existir súbitamente en la ciudad de México,

 Luis Cernuda,  uno de los más destacados poetas del siglo veinte y quien junto con Manuel Altolaguirre y Emilio Prados formó un trío característico de la nueva poesía española que se dio a conocer a fines de los años veinte.
            Cernuda salió de España en 1939, al terminar la guerra civil que estremeció a su patria, rumbo al extranjero para enseñar letras hispánicas, ya en la Universidad de Dolosa, en Francia, en las de Glasgow y Cambridge en Inglaterra o en la de Massachussets en Estado Unidos.
No obstante ser un poeta de imágenes surrealistas, se documentó ávidamente en la lección de los clásicos. Supo gustar el barroquismo de un Góngora y penetrar en las neblinas sub-conscientes de un Paúl Valery. Fue realmente un poeta aislado, es decir, un hombre solitario, aún cuando haya pertenecido a un grupo que resonó con los nombres de Prados, Aleixandre y Altolaguirre.
En un primer tiempo, Luis Cernuda, tuvo afinidades con el “valerismo”. De 1930 a 1940 siguió el surrealismo. Pero finalmente cuajó como poeta con acento profundo y exclusivo en “Ornas, el Alfarero”. En esas páginas, el poder de invención del poeta se eleva a la perfección: profundidad espiritual y lirismo extasiado se conjugan mientras el pensamiento filosófico quizás se enturbie o se ilumine removiendo el substratum de lo inconsciente. 
El poeta criticado de nihilista porque siempre negó el valor de los ideales políticos, religiosos y sociales afirmando la imposibilidad de distinguir entre la verdad y el error, murió solitario, sin familia, porque nunca se casó ni tuvo hijos ni parientes, sin patria, sin país, sin España. Murió sin que “sus lentos ojos” vieran “más el sur, de ligeros paisajes dormidos en el aire”.

ABRAHAM LINCOLN
            El 6 de noviembre de 1860,  Abraham Lincoln asumió la Presidencia de los Estados Unidos. Su elección a la presidencia por los abolicionistas de la esclavitud, fue la señal de la guerra de secesión que duró cuatro años con el triunfo de los nordistas sobre los confederados.
            Lincoln que había ingresado al Partido Republicano de reciente creación, corrió temprano con la suerte de la nominación presidencial, no obstante haber fracasado como candidato al senado dos años antes. Tenía entonces 51 años de edad, era abogado y en 1837 había protestado contra las resoluciones adoptadas por la Cámara baja de Illinois en lo referente al mantenimiento de la esclavitud.  De manera que por esa circunstancia había obtenido la nominación pues esa era la bandera del Partido Republicano, la reivindicación antiesclavista.
            Realizó una campaña electoral exitosa, pero a costa de la separación de siete Estados del Sur partidarios del mantenimiento y expansión de la esclavitud.  Estos Estados se confederaron dando lugar a una guerra civil de ingentes proporciones que se agudizó cuando el Presidente Lincoln proclamó la emancipación de los esclavos, incluso en los territorios dominados por los confederados.
            En 1864, vencido su período, es reelegido Presidente de los estados Unidos y al siguiente año anuncia públicamente su proyecto de conceder el voto, si bien restringido, a la población negra.  Ante la posibilidad de que los negros adquirieran el derecho a voto, John Wilkes Booth, un famoso actor, disparó a Lincoln en el Ford's Theatre de la ciudad de Washington el 14 de abril de 1865. El presidente murió al día siguiente, pero pasó a la historia como uno de los más grandes estadistas de Estados Unidos.  Su personalidad humanitaria, sus brillantes discursos como el pronunciado en el Cementerio de Gittisburg, y su habilidad política, garantizaron la unión e integridad de lo que es hoy el país más  próspero y desarrollado del mundo.

EL CREADOR DEL EJÉRCITO ROJO
El 7 de noviembre de 1879,  nació León Trotski , revolucionario y creador del Ejército Rojo de la Unión Soviética.
Pero tal no es su verdadero y legítimo nombre. Sus padres quisieron y así consta en los registros legales, que se llamara Leiva Davidovich Bronstein. Especialmente lo quiso su padre, un judío de Ucrania, quien pudo proporcionarle educación esmerada. Sus actividades políticas, sin embargo, lo llevaron a adoptar el seudónimo de León Trotski, con el que lo conoce la historia política de este mundo.
Trotski fue desde la edad de veinte años un fogoso revolucionario que se daba perfecta cuenta de la situación de su patria y de lo que él podría hacer para ayudar a levantarla. Muy pronto habrá de atraparlo la cárcel que en la época se instituía no sólo para los criminales sino también para los nacionalistas, para los patriotas. Fue deportado a Liberia, la que resultó campo abierto para sus aspiraciones de fuga, que cumplió exitosamente llegando hasta Suiza. En este país pequeño entra en relación con Lenin y toma parte activa y decidida en el movimiento revolucionario y huelguístico de Rusia, distinguiéndose como orador político y agitador  obrero.
A raíz de la segunda guerra mundial, Trotski fue deportado a España y de allí paso a Cuba y luego a Nueva York para regresar finalmente a Europa. Fue un gran aliado de Lenin y cuando la revolución bolchevique triunfó en Rusia, Trotski ocupó el Ministerio de Asuntos Exteriores y también el de la Guerra, cargo este último que le permitió crear el Ejército Rojo que jugó papel decisivo en la liquidación de las fuerzas reaccionarias opuestas a la revolución. Pero a la muerte de Lenin, Trotski se encuentra y tropieza con Stalin,  un gran enemigo que     lo persigue hasta la muerte y logra que el partido Comunista lo expulse.  Entonces Trotski  se refugia en el extranjero y sus últimos días acaban en México donde fue agredido y muerto por un comunista el 20 de agosto de 1940. Trotski fue además de político y revolucionario escritor fogoso y de grandes dotes.

CRISTÓBAL ROJAS
 El 8 de noviembre de 1890, murió en Caracas, víctima de la tuberculosis, el artista plástico mirandino, Cristóbal Rojas, recién llegado de Paris donde cumplió una labor pictórica que lo sitúa junto con su contemporáneo Arturo Michelena como representante máximo del romanticismo tardío.
Nacido en 1858, en Cúa, trabajó como ayudante del pintor Herrera Toro en la decoración de la catedral de Caracas.  En 1883, compartió premio con Arturo Michelena en un salón de pintura que le permitió viajar y estudiar en Paris donde hizo amistad provechosa con el pintor italiano Emilio Boggie, quien le abrió caminos.  Entonces, se residencia en el Barrio Latino e ingresa a una Academia donde afinó sus conocimientos técnicos y realizó importantes obras, atraído por la corriente del realismo social.
Siempre puso particular empeño en las obras que enviaba al Salón Oficial de París. Entre ellas, La miseria, El violinista enfermo, El plazo vencido, Dante y Beatriz a orillas del Leteo, La primera y última comunión. Bordadora con lámpara  y El Bautizo.
A partir de 1889, Cristóbal Rojas abandona la pintura de efectos dramático que era costumbre enviar al Salón Oficial y aborda el paisaje y la figura con un colorido cercano al impresionismo.
En  junio de 1890 regresó a Venezuela empobrecido, enfermo de tuberculosis y con la obra El Purgatorio, encargada por el Cabildo Eclesiástico de Caracas, con la que ganó Medalla de Oro de Tercera Clase en París.  Muere cinco meses más tarde, 8 de noviembre de 1890 a la temprana edad de 33 años.  Los críticos de arte  dividen la obra de Cristóbal Rojas en cuatro etapas: una autodidacta, otra formativa guiada por Herrera Toro, una tercera más académica que cumple en Paris y la cuarta juzgada de autodefinición que lo lleva a entrar en contacto con las inquietudes modernas. La Escuela de Bellas Artes de Caracas lleva su nombre.

LA BANDERA BRASILEÑA
El 9 de noviembre de 1821, Don Pedro, hijo de Juan VI y en calidad de Regente, dispuso la creación de la Bandera del Brasil mientras en Portugal se desarrollaba una fuerte oposición a las reformas brasileñas a partir de que las Cortes,  órgano legislativo portugués, promulgaba leyes destinadas a devolver a Brasil su primer estatuto como colonia.
De manera que el Brasil como las demás naciones que pueblan el mundo buscó desde ese momento tener su emblema, símbolo de  patria y de sus atributos peculiares.
De suerte que inicialmente, la bandera brasileña era una bandera imperial que la lucha por la independencia, la libertad y los derechos hubo de modificar.
En el año 1889, cuando advino la República, ya fenecido el reinado de Pedro II, fue creada la auténtica bandera nacional de nuestros días. Fue diseñada por Decios Billares y Miguel Lemos. Es un pabellón verde con un cuadrilátero losange en el medio de color amarillo. En medio del cuadrilátero, una esfera de color azul con 21 estrellas y una inscripción.
Los colores verde y amarillo evocan los bosques y el oro o la riqueza vegetal y mineral; la esfera es una imagen convencional del cielo visto desde Río de Janeiro. El color azul es símbolo de fraternidad y el blanco simboliza la marcha de la tierra a través del universo, otra opinión afirma que ambos colores provienen de la antigua bandera portuguesa y evocan períodos colonial y monárquico. Las 21 estrellas, símbolos de independencia cívica y cooperación, representan al Distrito Federal y los veinte estados brasileños. El lema que cruza la esfera tiene las palabras “Orden y Progreso”.
Algunos guayaneses encuentran esta bandera, no igual, pero sí semejante a la del Estado Bolívar diseñada por Soto.

ABOLIDO EL CRISTIANISMO

            El 10 de noviembre de 1783, el Parlamento francés declaró abolido el cristianismo.
Durante la Revolución Francesa trascurrida entre los años 1789 y 1799, una de las más importantes de la historia moderna, se operaron trasformaciones y sacudimientos de carácter político y social que incidieron en muchas instituciones como la Iglesia.
Los curas contrarrevolucionarios eran, por orden de la Convención, castigados enérgicamente y esto dio origen a un profundo conflicto con la Iglesia, la cual finalmente fue suprimida al quedar abolido el cristianismo por decreto del Parlamento.
Las ceremonias, los bautismos, los casamientos y los entierros, se efectuaban sin intervención de los curas. La Comuna hizo la tentativa de sustituir la religión por “El Culto de la Razón” y organizaba festejos solemnes en honor de la ilustración. También se organizaron celebraciones en honor de los momentos principales de la vida de la Naturaleza, de la historia de la humanidad y de la misma Revolución francesa, al comienzo y  final de las faenas agrícolas como en el caso de la recolección y germinación de las viñas.
A fines de la existencia de la dictadura jacobina, y a propuesta de Robespierre, descontento por la lucha contra la religión, la Convención la restauró de nuevo aunque en forma distinta. También a pedido de Robespierre, se instauró el culto del Ser Supremo, o sea, de Dios, declarándose además que el mejor medio de servir a él era mediante el cumplimiento por el hombre de sus obligaciones de ciudadano.
En honor a Dios se estableció un nuevo calendario y se fijaron días de fiesta. Los meses recibieron nombres que respondían a las peculiaridades de las estaciones del año. Así, por ejemplo, Brumario se llamaba el mes de la neblina, ventosos los vientos y germinales la siembra.

EL DIAMANTE NEGRO DE LA LITERATURA
Los rusos exaltan y admiran a Fedor Dostoiewski como “el diamante negro de la literatura “.  De la literatura rusa, obviamente, pues nació en Moscú, el 11 de noviembre de 1821 y allá en la capital moscovita trascurrió su infancia, entristecida por la penuria económica y las enfermedades.
Su primera obra  “Pobre gente” que trata de la vida de los empleados de sueldo   exiguo y de los menesterosos, fue muy bien acogida por la crítica. Fue el primer intento de novela social. De un solo golpe había llegado por la inspiración, a la verdad. Tan asombrado quedó Dostoiewski de los comentarios felices de su obra que llegó a preguntarse “¿Es posible        que yo sea tan grande?”.
Dostoiewski continuó escribiendo cuentos y novelas en los que denotaba profunda simpatía por la clase marginal. Escribió obras de carácter psicológico y se afanó en penetrar    lo más recóndito de las almas anormales. Discrepó con los medios literarios de su época y   llegó a frecuentar tertulias en las que se discutía el socialismo y los problemas sociales. Por estos ideales fue condenado a muerte por el Zar Nicolás I, pero la pena le fue conmutada por cuatro  años de  trabajo forzados en Siberia.
Vuelto a Moscú, ya liberado de su pena que le dejó honda impresión, escribió “El sepulcro de los vivos” que le dio un prestigio literario de extraordinario relieve, destacándolo como uno de los más grandes escritores de su tiempo. Luego vinieron Los Hermanos Karamazov, Crimen y  castigo, Humillados y ofendidos, El Príncipe idiota y otras que cimentaron su rápida celebridad.
Dostoiewski ha sido catalogado como el maestro de la novela psicológica y de él ha escrito el introductor de sus obras completas, que mientras otros escritores envejecen tan aprisa y mueren tan pronto en su obra antes de morir ellos, Dostoiewski, a pesar del tiempo trascurrido desde su óbito, aun se conserva tan fresco y floreciente como en vida. 


SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ
            El 12 de noviembre de 1651 nació Sor Juana Inés de la Cruz, poeta y humanista del Virreinato de Nuevo México, exaltada como la “Décima musa” y “Fénix de México”.
Sor Juana Inés de la Cruz era una muchacha hermosa, llena de gracia, deslumbrante de inteligencia, devorada por los ojos ansiosos de los palaciegos y virreyes de México. Contaba sólo 17 años cuando supo del amor y decepcionada buscó la felicidad en la tranquilidad de un convento. En el claustro conventual encontró el lenitivo indispensable para su talento precoz que le permitió adquirir una gran cultura y forjar una copiosa obra literaria que ha sido calificada de sobrenatural.
Sor Juana Inés de la Cruz cultivó diversos géneros literarios, la prosa, el verso, comedias, sainetes y obras sacramentales. Su vasta producción se divide en sagrada y profana, y gran parte de ella, por su inspiración y calidad, ha sido incorporada a las antologías de la literatura española. Menéndez y Pelayo, gran catedrático y maestro de la crítica española, dijo de los versos profanos de Sor Juana que “son los más suaves y delicados que han salido de pluma de mujer” y que su obra es de “valor poético duradero y absoluto”. 
Su época más fecunda comenzó en 1680 con la concepción del Neptuno Alegórico, arco triunfal en honor de los marqueses de la Laguna y condes de Paredes, barroca y magnífica obra que le abrió las puertas de palacio y la convirtió en favorita de los virreyes, sus mecenas.
Desde el año 1680 hasta el 1688 sor Juana vivió una época de gran producción literaria, en la que abundan sus admirables sonetos, endechas, glosas, quintillas, décimas, redondillas, ovillejos amorosos, religiosos, filosóficos y satíricos, numerosos romances y otras composiciones. Esta cualidad la sitúa, según Tomás Navarro, entre los más altos poetas de su periodo, apenas igualada por ninguno anterior.  Enfermó y murió el 17 de abril de 1695 a consecuencia de una epidemia de peste, mientras cuidada a sus hermanas de la Orden.

MUERTE DE ROSSINI
El 13 de noviembre de 1868, murió el célebre Joaquín Rossini, magnifico compositor de óperas italiano, cuyas obras musicales, no obstante el tiempo transcurrido, no han perdido colorido dentro de lo selecto y elevado.
Presente en el recuerdo está Semíramis, con el alegre humorismo de sus notas velando los tonos trágicos de aquella bárbara y sangrienta leyenda de la princesa de Babilonia. Su obra maestra, Guillermo Tell, la inmortal ópera bufa El Barbero de Sevilla, el celopático Otelo, y tantas otras que escapan a este espacio.
¿Pero qué más sabemos de aquél viejecito bonachón, de pelo blanco, y negro bonete, que fue Rossini? Su biografía nos dice que iba de aldea en aldea, componiendo, ensayando y dirigiendo óperas en las que había de exhibirse algún artista local. Parte de su contrato indicaba que él debía aparecer al piano durante las tres primeras representaciones de cada nueva ópera. Finalmente recibía su miserable salario a cambio de un trabajo tan arduo como hilarante, asistía a una gran cena de despedida en su honor, en la que participaban todos sus nuevos amigos, es decir, todo el pueblo, y luego se encaminaba hacia la siguiente aldea para repetir la maravillosa operación”.
Tal fue la vida de Rossini entre los años 1810 y 1816. Después todo fue éxito hasta hacerse opulentamente rico. Su famosa overtura “Guillermo Tell” inspirada en la obra literaria del poeta Schiller fue elogiada por Bellini quien decía “que todas las demás óperas, inclusive las suyas, parecieran una obra de pigmeos”. Wagner sostenía que se adelantó a algunas de sus propias teorías musicales. Mendelssohn, Verdú, Berilos, lo alabaron sin reservas. Pero el público no entendió nada. En la actualidad se canta pocas veces, aunque algunos de sus pasajes son de sobra conocidos y han sido explotados en todos los medios sonoros.
Después que Guillermo Tell fue estrenada y aclamada en el Teatro de Opera de Paris, en 1829, Rossini declaró ante el asombro y la consternación de sus admiradores que dejaba de componer: “Un nuevo triunfo nada añadiría a mi fama; una caída podría disminuirla” 


LA EJECUCIÓN DE POLICARPA
El  14 de noviembre de 1817 fue pasada por las armas la heroína neogranadina  Policarpa Salvarrieta, también conocida como Pola.  Tenía entonces 22 años y su nombre se suma a la cáfila de mujeres valientes que tanto en Venezuela como en Cundinamarca y Quito se inmolaron a favor de la  causa americana.
        Policarpo Salvarieta nació en Guadas y murió en Santa Fe donde fue ejecutada en cumplimiento de la sentencia dictada por el virrey Samano, después de haber sido acusada por Pablo Morillo de ayudar activamente a los patriotas en la lucha empeñada contra los realistas. El poeta Montalvo estampó sobre su tumba este anagrama que se ha hecho popularísimo en Colombia: Yace por salvar la patria.
            Otras mujeres como Antonieta Santos, Magdalena Ortega de Nariño, sacrificaron silenciosamente su felicidad para facilitar el triunfo de la gran obra independentista. Magdalena Ortega de Nariño, prefirió mendigar antes que aceptar el favor de los enemigos de la patria.
             Nació en 1795 y era hija de familia de clase media, sabía leer y escribir, algo poco común para una mujer en aquella época. Ante los sucesos del 20 de julio de 1810, decidió viajar a la capital, Santafé de Bogotá, y se empleó como costurera al servicio de María Matea Zaldía. Colaboró con la guerrilla de los Almeyda y regresó a Guaduas como maestra. Hasta allí, en 1816, llegó Alejo Sabaraín, con quien vivió un intenso romance, para invitarla a establecer contactos con los patriotas que vivían clandestinamente en la capital. Provistos de pasaportes falsos, ella y su hermano llegaron a Santafé, que estaba asediada por el terror. Como empleada del servicio doméstico de la casa de Andrea Ricaurte Lozano, centro de la subversión, desplegó una amplia labor a la caza de información útil para la causa republicana. Llegó a organizar destacamentos militares para apoyar a Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar. Su organización cayó por la traición de Facundo Tovar, razón por la cual hubo de ocultarse, pero acabó siendo descubierta. Fue fusilada en compañía de su amado Alejo Sabaraín.

ÚLTIMO EMPERADOR MEXICANO
El 15 de noviembre de 1519, cayó prisionero en el propio campamento de Hernán Cortes, el último emperador de México, Moctezuma II.
El emperador del imperio azteca había subido al trono a la edad de 27 años y reinó hasta que fue hecho prisionero por el expedicionario y conquistador hispano.  Dice la historia que Moctezuma II fue un guerrero extraordinario que sostuvo campañas victoriosas y demostró espíritu animoso y emprendedor.
El imperio azteca se consolidó durante la primera década de su reinado. Reunió en su persona el poder civil, el supremo mando militar y el alto sacerdocio. Era de carácter despótico, se rodeó de una aureola casi divina y solo podía ser servido por señores de sangre real; pero cuando tuvo noticias de que habían llegado hombres extraños de oriente, se abandonó al fatalismo y no tuvo valor para oponerse cuando Hernán Cortes hizo su entrada en noviembre de 1519.
El noveno emperador azteca que había extendido sus dominios hasta Nicaragua y Honduras, recibió en su capital a Hernán Cortés; pero éste más tarde lo hizo prisionero en su campamento. Los aztecas se levantaron en armas contra los españoles, pero Moctezuma, a solicitud del Conquistador español, subió a la azotea de su prisión para ordenar a sus súbditos que se retiraran.
Cayó en el vacío la orden del Emperador azteca. Sus súbditos le desobedecieron y arreciaron el ataque contra los hispanos. Moctezuma no pudo contenerlos sino que por el contrario fue repudiado y recibió una pedrada de la cual murió más tarde. En 1520 Cortés tuvo que ejecutar la famosa retirada de la “Noche Triste”, que realizó con pérdidas considerables. Combatió varios días sin cesar en retirada, acosado continuamente por los mexicanos. Al final, en la célebre batalla de Tumba, en lo más recio del combate,  Cortés alcanzó la victoria al atacar personalmente al valiente  Matlatzincatzin, hasta derribarlo y arrebatarle las insignias imperiales.

EL CANAL DE SUEZ
 El 16 de noviembre de 1869, un convoy de 68 buques, encabezado por el yate en que viajaba la Emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón Tercero, efectuó el primer cruce por el Canal de Suez, entre el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo, declarándolo formal y solemnemente inaugurado.
La idea de construir un canal que acortara la distancia marítima entre Asia y Europa a través del istmo de Suez en el extremo noreste de África, se remonta a la antigua época de los faraones, antes de que Jesucristo viniese al mundo. Esta idea madurada a través de los siglos, cristalizó al fin cuando en 1846 se organizó en Francia la Sociedad de Estudios del Canal Marítimo de Suez con un capital de 200 millones de francos en acciones que finalmente quedaron en poder de la Gran Bretaña. Los trabajos comenzaron en abril de 1859 y terminaron  en 1869. Es decir, que los trabajos de construcción del Canal de Suez tardaron diez años y el costo total de la obra ascendió a 433 millones de francos.
El Canal pertenece actualmente a Egipto. Lo nacionalizó el entonces Presidente de ese país, Abdek Nasser, según decreto del 26 de julio de 1956. Tal decisión fue causa de un conato de guerra con La Gran Bretaña en el que tuvo que intervenir las Naciones Unidas. Otras naciones como Francia también tenían derechos sobre el Canal antes de ser nacionalizado.
El Canal de Suez tiene un largo de 164 kilómetros entre Lord Said, en el Mar Mediterráneo y Suez en el Mar Rojo. El ancho mínimo es de 60 metros y su profundidad permite el paso de buques de gran calado durante once horas y media. Según las estadísticas, un promedio de 13 mil buques suelen transitar anualmente por este canal, lo cual representa el doble de la navegación que registra  el Canal de Panamá en la América Central.


LOS DERECHOS DE LOS PEATONES
Ante el peligro público que representan los chóferes y su desprecio del Código Rutero, los peatones resolvieron defenderse. Es así como el 17 de noviembre de 1969, se celebró en la Haya el Congreso de la Federación Internacional de peatones, bajo la presidencia de R. Laoeyre, presidente de la delegación francesa de “Los derechos de los peatones” y con asistencia de delegados de Gran Bretaña, Francia, Bélgica, Alemania Federal y Holanda.
Los participantes dejaron constancia de que el peatón no sólo está expuesto a la muerte repentina en cualquier cruce de calle sino también a envenenamiento por los gases que se escapan de los automóviles y otros tipos de trastornos físicos o mentales debido al ruido de los vehículos y la polución atmosférica.
En su declaración final el Congreso preconizó la constitución en cada país de un organismo nacional para la defensa de los peatones, el cual debe ser reconocido legalmente; sin embargo, poco se ha materializado en ese sentido, por lo menos en Venezuela, donde el transeúnte o peatón está permanentemente expuesto a la velocidad incontrolada de los automotores, a los abusos de los conductores y a la contaminación sonora y del monóxido de carbón que expiden los automóviles.
La mayor preocupación por la contaminación que produce el tráfico rodado se refiere a las zonas urbanas, en donde un gran volumen de vehículos y elevadas cifras de peatones comparten las mismas calles. Ciertos países controlan ya los niveles de contaminación de estas zonas para comprobar que no se sobrepasan las cifras establecidas internacionalmente.  

EL DAGUERROTIPO
            El 18 de noviembre de 1787,  nació Louis Jacques Mandé Daguerre, inventor del
Daguerrotipo, el cual tiene antecedentes en los experimentos de  Francois Arago y de
Nicéphore Niépce.
            Louis Mandé Daguerre  fue un físico y pintor francés a quien se la ha dado el título de Padre de la Fotografía por haber logrado, después de innumerables esfuerzos, el procedimiento llamado daguerrotipo, por medio del cual se y obtiene una imagen en positivo a partir de una placa de cobre recubierta de yoduro de plata. Tras ser expuesta a la luz, la imagen latente se revelaba con vapores de mercurio, que daba como resultado una imagen finamente detallada con una superficie delicada que había de protegerse de la abrasión con un cristal sellarse para evitar que se ennegreciera.
La invención del daguerrotipo por Luis Mandé Daguerre constituye el primer paso en el camino de la actual fotografía, por eso el francés es considerado el inventor de la fotografía. El daguerrotipo tenía solo el inconveniente de no obtener copias de la imagen de la persona u objeto fotografiados sino que ésta solo quedaba producida en las placas metálicas. Pero esta primera etapa fue superada por Talbot quien logró imágenes fotográficas sobre el papel, pasándose así del daguerrotipo a la fotografía.
La fotografía comprende, pues, dos operaciones distintas: obtención de la negativa conforme al método del daguerrotipo y la conversión de esta imagen negativa en positiva con sus tintes naturales, fijada sobre el papel y de la que se pueden sacar tantas copias como se deseen.
Con la Invención de la Fotografía, el hombre conquistó un singular medio práctico de fijar y trasmitir emociones, ideas, hechos, experiencias. Tal es el grado de perfeccionamiento alcanzado por este arte, que su número de usos y aplicaciones no tiene límites, desde la simple instantánea que registra un emotivo acontecimiento de la vida familiar, hasta la fotografía que reproduce un microorganismo o una estrella lejana. 

DISCURSO DE GETTYSBURG
El 19 de Noviembre de 1863, Abraham Lincoln pronunció su  célebre discurso en el Cementerio de Gettysburg en el cual definió la democracia como “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Dos grandes ejércitos representantes del Norte y del Sur en la guerra civil, se habían trabado en combate en aquellos campos durante tres días cerca de Gettysburg. Al terminar la batalla, más de 20 mil soldados del Sur estaban muertos o heridos o desaparecidos. Las bajas del ejército del Norte ascendieron a 25 mil.  Una segunda batalla victoriosa del Norte en Vicksburg, sobre el Mississipi, selló posteriormente el destino de los sureños y terminó finalmente la Esclavitud en  Estados Unidos.
Alos muertos de Gettysburg se les decretó un cementerio nacional y Linconl fue invitado para su inauguración. Antes de Lincoln, habló el Gobernador de Massachussets durante dos horas. El discurso de Linconl apenas duró dos minutos:
“Hace 87  años –expresó Lincoln-, nuestros padres fundaron en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todos los hombres son creados iguales.
Nos hallamos ahora empeñados en una guerra civil en que se está poniendo a prueba si esta nación, o cualquiera otra nación igualmente concebida y consagrada, pues perdurar. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esta guerra. Hemos venido a dedicar parte de este campo a un lugar de eterno reposo de aquellos que aquí dieron la vida para que esta nación pudiera vivir. Es perfectamente justo y propio que así lo hagamos aunque en realidad, en un sentido más alto, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este suelo: los valientes que aquí combatieron –Los que murieron y los que sobrevivieron- lo han consagrado mucho más allá de la capacidad de nuestras pobres fuerzas para sumar o restar algo de esta obra.
El mundo advertirá poco y no recordará mucho lo que aquí digamos nosotros, pero nunca podrá olvidar lo que aquí hicieron ellos. A los vivos nos toca más bien dedicarnos ahora a la obra inacabada que quienes aquí lucharon dejaron tan noblemente adelantada; nos toca más bien dedicarnos a la gran tarea que nos queda por delante: que, por deber con estos gloriosos muertos, nos consagraremos con mayor devoción a la causa por la cual dieron hasta la última y definitiva prueba de amor; que tomemos aquí la solemne resolución de que, su sacrificio no ha sido en vano; que esta nación, por la gracia de Dios, tenga una nueva aurora de libertad, y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca de la faz de la tierra”.  


LEÓN TOSLTOI

León Tosltoi, figura cumbre de la literatura rusa, autor de la famosa novela universal “La Guerra y la paz” y “Ana Karénina”, falleció el 20 de noviembre de 1910, lejos del hogar y la familia, a la que renunció inesperadamente porque había resuelto vivir en soledad.
            Un día dijo a su esposa Sofía Andreievna, con la que tuvo 13 hijos en 48 años de 

matrimonio,  que no podía vivir más en su casa y se marchó porque quería “vivir en soledad y recogimiento los últimos días de su existencia”. Contaba León Tosltoi entonces 82 años y quería perderse en la soledad de sus meditaciones, refugiarse en una modesta isba, cerca del monasterio donde había profesado su hermana María, también octogenaria como él; pero advertido de que su esposa al fin lo hallaría ahí, en compañía de su hija Sacha y un médico pretendió ir más lejos, cruzar la frontera del Cáucaso, pero en el trayecto lo atacó una pulmonía que lo condujo al borde de la muerte.
Gente de todas partes del mundo se congregó en torno al lecho del moribundo y sus últimas palabras a quienes le rodeaban fueron: “Hay sobre la tierra millones de hombres que sufren,  ¿por qué estáis sólo cuidando de mí?”. El anciano expiró a las seis de la mañana en una estación del ferrocarril.
Su libro “Ciclo de lecturas cotidianas” quedó abierto por la pagina que contiene estos dos pensamientos de Montaigne: “La vida es un sueño y la muerte el despertar”... “La muerte es el principio de otra vida”.
La tumba de Tosltoi esta bajo de unos tilos de Yasnaia Polaina y sobre ella una lápida sencilla. Allí en ese bosque claro de Rusia jugó cuando era niño y allí están descansando sus restos sin merma de su gloria que lo eleva como “patriarca de las letras rusas”. Tuvo sus errores como todos los hombres y uno de sus detractores llegó a considerar a Baudelaire un santo al lado de Tosltoi, pero repitamos lo que dice uno de sus biógrafos: “Ciertamente, Tosltoi no es un santo, es un gran hombre, un magnífico artista, un auténtico creador como Shakespeare, y con un gran corazón, a despecho de sus errores”.

VOLTAIRE
            El 21 de Noviembre de 1694, nació  Voltaire, famoso escritor y filósofo francés,
cuyo  auténtico nombre  era Francisco María Arouet. Quiso llamarse como universalmente lo conocemos, a partir de 1717, cuando fue encarcelado en la fortaleza de la Bastilla por haber escrito unos versos y libelos contra el Regente.
Durante su prisión que duró un año, escribió La tragedia Edipo e inició el poema La Enriada. Estuvo en Londres desterrado a raíz de un incidente con el caballero de Rohan. En esta gran ciudad fue acogido por la alta sociedad y se hizo gran amigo de los escritores Alejandro Pope y Jonathan Swift.   
Voltaire ejerció profunda influencia en el pensamiento y en las tendencias de los círculos intelectuales de su época. Escribió más de cincuenta tragedias entre las que se cuentan Orestes, Edipo, Semíramis, La muerte de César, Merope, Alzira y Zaira, esta última considerada como la obra maestra del teatro francés. Entre sus comedias se destacan El hijo pródigo, y El Indiscreto.  La Enriada, El poema de Fontenay y El desastre de Lisboa se citan entre sus mejores poemas.
En sus obras literarias en prosa es donde se aprecia mejor la llamada ironía volteriana, en las novelas de contenido satírico filosófico como Cándido, Zadig, Micromegas y El Ingenuo. Entre sus obras históricas son notables El Siglo de Luis XIV, El Siglo de Luis XV, Historia de Carlos XII, Anales del Imperio y Ensayo sobre la Historia General.
En el campo de la filosofía cabe mencionar su Diccionario Filosófico, formado con los artículos que sobre esta materia escribió para la Enciclopedia de Diderot y D´Alembert.
Después de 30 años fuera de su tierra, viviendo en su famosa residencia de Ferney, en la frontera de Francia y Suiza y donde trascurrió el mayor volumen de su obra literaria, volvió a Paris para morir a la edad de ochenta años. Dos meses antes había asistido al estreno de su tragedia “Irene” que constituyó un brillante homenaje, en el que fue aclamado y coronado de laurel.


MUERTE DE KENNEDY
            El  22 de noviembre de 1963, el mundo se paralizó consternado por la muerte de John Fitzgerald Kennedy,  trigésimo quinto Presidente de Estados Unidos del Norte de América,  vilmente asesinado desde lo alto de un edificio cuando se dirigía a Dallas en el automóvil presidencial, acompañado de su esposa. El asesino fue identificado como Lee Hervey Oswald, también muerto de un balazo por Jack Ruby al día siguiente cuando era trasladado a la Cárcel General.
            La  muerte de Kennedy fue llorada universalmente, acaso porque se veía perfilado como un adalid de la paz, en una concepción amplia, profunda, filosófica, ecuménica. Su pensamiento político en toda su amplitud, estuvo enmarcado en el sentimiento de la paz y por la paz.
Kennedy fue sepultado en el cementerio de Arlington después de la marcha del cortejo fúnebre en la que participaron más de un millón de personas, entre las cuales estaba el mayor grupo de estadísticas mundiales jamás reunido. Lyndon Johnson, quien lo sustituyó en la Presidencia, y los ex-presidentes Eisenhower y Truman, lloraron sobre la tumba. Valiente hasta el final, Jacqueline, su viuda, que siguió los pasos de la procesión fúnebre desde el Capitolio, encendió una llama eterna en su memoria y luego abandonó el cementerio apretando contra su pecho la bandera de Estados Unidos con la que el féretro había estado cubierto.
Sin la menor disonancia, sin la menor excepción, toda la prensa latinoamericana y del mundo expresó la mayor indignación y consternación ante el asesinato del Presidente Kennedy. La reprobación fue unánime, tanto en los órganos de derecha como de izquierda, y la filiación ideológica de los mismos se hizo sentir únicamente en el análisis de las repercusiones del acto o en la semblanza del presidente desaparecido.


LOS ÚLTIMOS DÍAS DE POMPEYA
            El 23 de noviembre del 79, la infernal erupción del famoso volcán de Italia,  “Vesubio”, destruyó, la antigua ciudad de Pompeya, habitada por 30 mil habitantes y donde tenían sus quintas de recreo los romanos distinguidos y acaudalados de la época.
Una avalancha de ceniza y lava sepultó la dorada ciudad y de sus ruinas ocultas por la inmensidad del tiempo no se supo sino en 1748 cuando un campesino encontró varias estatuas.  Inmediatamente a los arqueólogos se les prendió la luz y empezaron las excavaciones con las cuales ha ido aflorando buena parte de una ciudad rodeada por recintos fortificados, flanqueados por torres con una circunferencia de 2.600 metros.
Las excavaciones de Pompeya han suministrado a los arqueólogos multitud de información del mayor interés acerca de la construcción de las casas romanas y de las costumbres privadas de los antiguos. Tal como está hoy día, constituye Pompeya la más sorprendente evocación de la antigüedad que pueda imaginarse.
Cuando Pompeya quedó sepultada, también desaparecieron por los mismos efectos volcánicos, las ciudades de Herculano y Stabia y desde entonces el Vesubio pareció adormecerse para entrar en actividad en el año 203 y luego en el año 472, cuando la erupción fue tan terrible que las cenizas llegaron hasta Asía Menor.   
La altura del Vesubio, en la orilla oriental de la hermosa bahía de Nápoles, es de 1.180 metros. Es un volcán activo y el fenómeno de su constante actividad que lo distingue de todos los volcanes de la Europa continental, ha sido objeto de incesantes estudios. En el monte Somma existe un observatorio, desde donde los científicos estudian el volcán durante las erupciones con grave riesgo de sus vidas.  Las faldas del Vesubio son feraces y  objeto de intensa explotación agrícola que incluye hermosos viñedos y huertos. En 1960, Carmine Gallones, director de cine italiano, rodó la película “Los últimos días de Pompeya”  basada en la obra de Bulwer Lytton.


EL FILÓSOFO SPINOZA
               El 24 de noviembre de 1632, nació en Ámsterdam, Holanda, el famoso filósofo y teólogo Barruch Spinoza, considerado el exponente más completo del panteísmo de la edad moderna.
            Sus padres eran judíos emigrados de España y, por lo tanto, siguió su religión y la cultivó hasta que fue excomulgado y desterrado de Ámsterdam por apartarse del judaísmo, entregarse de lleno a los estudios de la ciencia física y seguir tan de cerca el pensamiento de filósofos como René Descartes.
            Su pensamiento y sistema filosófico se hallan expresados en su tratado “Ética demostrada según el orden geométrico”. De acuerdo con este tratado, “el Universo es idéntico a Dios, que es la sustancia incausada de todas las cosas”. Spinoza admitió la posible existencia de atributos infinitos de la sustancia, pero mantuvo que tan sólo dos son accesibles a la mente humana,  la extensión o el mundo de las cosas materiales, y la racionalidad. El pensamiento y la extensión existen en una última realidad que es Dios, de quien dependen. La causalidad, en el sistema de Spinoza, puede hallarse entre los objetos individuales  o entre ideas individuales en el atributo pensamiento, pero no entre objetos e ideas. Para explicar las aparentes interacciones causales entre objetos e ideas, propuso una teoría conocida como paralelismo, según la cual cada idea tiene un complemento físico y, del mismo modo, cada objeto físico tiene su correspondiente idea.
            Explicó la individualidad de las cosas, ya fueran objetos físicos o ideas, como modos particulares de sustancia. Todos los objetos particulares son las formas de Dios, contenidas en el atributo extensión; todas las ideas particulares son las formas de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Spinoza falleció en La Haya el 21 de febrero de 1677.


EL FENIX DE LOS INGENIOS
El 25 de noviembre de 1562, nació en la ciudad de Madrid (España), Félix Lope de Vega Carpio, figura cumbre de las letras españolas y a quien, simplemente el mundo literario reconoce como Lope de Vega.
Félix de la Vega y Francisca Fernández, ambos oriundos de la Montaña santanderina, se manifestaron felices a la vez que sorprendidos cuando su hijo de cinco años se atrevía a leer, aunque sin poder escribir bien, por lo que regalaba a sus condiscípulos parte de su merienda para que escribieran los versos que él les iba dictando.
A la edad de doce años ingresó a un colegio de jesuitas donde echó las bases se sus amplios conocimientos humanísticos, entonces empezó a traducir a los poetas clásicos y  escribir comedias que los escolares representaban en los días de fiesta. Dominaba la gramática y la retórica, leía con voracidad cuantos libros hallaba a su alcance, aprendió a cantar, a danzar, a manejar la espada y cultivar la aventura. Ingresó a la Universidad, mas el amor lo hizo abandonar los estudios y se entregó de lleno a la poesía. Después vinieron la milicia y las campañas militares hasta adentrarse en el ambiente teatral.
Lope de Vega, procesado por difamación, fue desterrado de Madrid por cuatro años. Había escrito unos versos satíricos contra Elena, la hija de un comediante de la época. En 1588 contrajo matrimonio con Isabel de Urbina, quien murió poco después en Valencia siendo Lope de Vega hortelano, sin dejar por ello de ser poeta. Lope volvió a su ciudad natal y en 1598 se casó con Juana de Guardo. Por entonces mantuvo una encendida rivalidad con el poeta Luis de Góngora. Ambos se habían conocidos en sus años estudiantiles de Salamanca. Se zahirieron mutuamente con gran encono. El ataque lo inició Góngora, celoso de la fecundidad de Lope y molesto por los modales aristocráticos que ostentaba. Lope escribió en todos los géneros literarios, pero más especialmente en el dramático, asombrando sobre todo su prodigiosa fecundidad que le valió de los contemporáneos el nombre de Fénix de los ingenios. Dramaturgo y poeta, fue sin duda una de las figuras culminantes del siglo de oro castellano.


EL ACUMULADOR ELÉCTRICO
            El 26 de noviembre de 1810, nació en Inglaterra, William Goerge Amstrong, inventor del acumulador eléctrico y del cañón que lleva su nombre.
Pero el cañón no resultó para el hombre tan importante y verdaderamente útil como el acumulador eléctrico de múltiples aplicaciones y el cual se emplea en automóviles y buques; para suministrar luz eléctrica a los trenes, energía eléctrica a sistemas telegráficos y teléfonos, radio y toda clase de artefactos eléctricos.
La función del acumulador eléctrico inventado por Amstrong, consiste fundamentalmente en recibir energía eléctrica, retenerla mediante procedimiento químico y devolverla para ser utilizada en el momento en que se necesite. En torno a estas tres actividades orgánicas del acumulador existe lo que se llama el ciclo de trabajo o repetición, o dicho de otra manera, la capacidad que debe poseer el acumulador de repetir sucesivamente la carga, la retención y la descarga.
El acumulador consiste comúnmente en un recipiente de caucho endurecido con unos dispositivos en su interior llamados células eléctricas. Cada célula se compone de dos placas de rejilla metálica denominadas electrodos, uno de los cuales es positivo y el otro negativo. Toda la rejilla de la placa positiva está recubierta de una capa porosa de peróxido de plomo. A su vez la rejilla de la placa negativa está recubierta de una placa esponjosa de plomo puro. Las placas están separadas por una plancha intermedia, de madera o de caucho, llamada separador. El interior del acumulador es llenado con una solución de ácido sulfúrico diluido en agua, que recibe el nombre de electrolito. Las placas quedan sumergidas en esa solución, la que satura las capas porosas formadas por las sustancias metálicas de que están recubiertas las placas.  


LAS FUENTES DEL ORINOCO
            El 27 de noviembre de 1951, una expedición franco-venezolana anunció haber llegado a las propias cabeceras del río más grande de Venezuela: el Orinoco.
            Desde los tiempos de la Colonia  la grandeza del río suscitó el interés por su nacimiento.  Diego de Ordaz en 1532 lo remontó por primera vez y no pudo avanzar sino hasta uno de sus afluentes: el río Candelaria, que aparece en la cartografía identificado como Meta. Apolinar de la Fuente  al remontarlo en 1759, cuando la expedición de límites,  dijo haber llegado a un punto de la Sierra Parima “de donde sale un despecho de agua que es el que da principio al Orinoco”.   El francés Juan Chanffajon hizo otro tanto, juró ante el mundo a finales del siglo diecinueve haber llegado a la gota de agua que da origen al río padre de todos los ríos venezolanos.  Pero más tarde se comprobó que las fuentes del Orinoco estaban más allá casi en las fronteras con Brasil.
            Pasó a la historia como  verdadero descubridor de las fuentes, la Expedición Franco Venezolana comandada por el oficial del ejército Franz Risquez Iribarren e integrada por un notable grupo de obreros y científicos que investigó en el curso de la aventura aspectos importantes de la región, relacionados  con las ciencias naturales y la antropología.
            La expedición se inició en abril y concluyo el 27 de noviembre de 1951 hasta llegar a un enhiesto farallón de 75 metros de altura de cuya entraña emergía el agua cristalina que daba origen al Orinoco antes de cumplir un recorrido tormentoso  de 2.063 kilómetros adosado en forma de arco a la roca cristalina del Escudo Guayanés y finalmente desembocar en el Atlántico a través de un enrevesado estuario.
            En el centro del cerro de la fuente los expedicionarios clavaron el tricolor nacional y fijaron un  hito, justo en cota barométrica de 1047,35 metros de altitud,  en cuyas paredes se grabaron los nombres de las entidades patrocinantes.


LAS FUENTES DEL ORINOCO
            El 27 de noviembre de 1951, una expedición franco-venezolana anunció haber llegado a las propias cabeceras del río más grande de Venezuela: el Orinoco.
            Desde los tiempos de la Colonia  la grandeza del río suscitó el interés por su nacimiento.  Diego de Ordaz en 1532 lo remontó por primera vez y no pudo avanzar sino hasta uno de sus afluentes: el río Candelaria, que aparece en la cartografía identificado como Meta. Apolinar de la Fuente  al remontarlo en 1759, cuando la expedición de límites,  dijo haber llegado a un punto de la Sierra Parima “de donde sale un despecho de agua que es el que da principio al Orinoco”.   El francés Juan Chanffajon hizo otro tanto, juró ante el mundo a finales del siglo diecinueve haber llegado a la gota de agua que da origen al río padre de todos los ríos venezolanos.  Pero más tarde se comprobó que las fuentes del Orinoco estaban más allá casi en las fronteras con Brasil.
            Pasó a la historia como  verdadero descubridor de las fuentes, la Expedición Franco Venezolana comandada por el oficial del ejército Franz Risquez Iribarren e integrada por un notable grupo de obreros y científicos que investigó en el curso de la aventura aspectos importantes de la región, relacionados  con las ciencias naturales y la antropología.
            La expedición se inició en abril y concluyo el 27 de noviembre de 1951 hasta llegar a un enhiesto farallón de 75 metros de altura de cuya entraña emergía el agua cristalina que daba origen al Orinoco antes de cumplir un recorrido tormentoso  de 2.063 kilómetros adosado en forma de arco a la roca cristalina del Escudo Guayanés y finalmente desembocar en el Atlántico a través de un enrevesado estuario.
            En el centro del cerro de la fuente los expedicionarios clavaron el tricolor nacional y fijaron un  hito, justo en cota barométrica de 1047,35 metros de altitud,  en cuyas paredes se grabaron los nombres de las entidades patrocinantes.


DIA DEL ESCRITOR
            El 29 de noviembre de 1781 nació en Caracas el más grande humanista de América, don Andrés Bello. Esta prominente figura de las letras y la cultura americana, vino al mundo veinte meses antes que Simón Bolívar y con tan escasa diferencia de edad llegó a ser su maestro.
Lo cierto es que la segunda mitad del siglo dieciocho fue realmente  afortunada para Venezuela, no solamente por el nacimiento de estos dos grandes hombres -Bello y Bolívar- sino también por el nacimiento de Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia.
            Durante su infancia y pubertad, Bello fue un estudiante que aprovechó ventajosamente los conocimientos del Fraile Cristóbal de Quesada y que  supo llegar hasta las fuentes de la sabiduría vedadas en aquel entonces al común de la sociedad venezolana.
A los veinticinco años es posible que Bello no haya intuido la necesidad de una revolución para desterrar a los españoles, pues era evidente que vivía plácidamente alternando en los salones mantuanos de la  sociedad caraqueña. Fue en 1808, cuando España comenzó a sufrir la invasión napoleónica que Bello, contagiado con el entusiasmo de muchos compatriotas, comenzó a intuir y a creer en la necesidad de la emancipación; sin embargo, alguna vez lo calumniaron de traidor.
            Bello, realmente, no peleó en los campos de batalla ni realizó invasiones como sus coetáneos del siglo XIX, Bolívar y Miranda, pero supo  defender con su pluma la causa de la independencia americana. El peregrinaje de Bello por Londres y América comenzó cuando viajó en una misión diplomática para solicitar ayuda de Inglaterra a la causa de la Liberación. Con la ayuda de un clérigo publicó “El Español”, periódico mensual que difundía las ideas de los refugiados. Después de varios años en Europa como agente cultural de la América Hispana, se trasladó a Chile, donde el gobierno le ofreció un importante cargo oficial. El resto de su vida lo entregó por entero a aquel país meridional, renovando los fundamentos de su cultura con espíritu creador y desarrollando una obra ejemplar y dinámica que lo encumbra y lo sitúa como humanista relevante. Bello es tanto de Venezuela como de Chile, pero más de la América Hispana por la que pensó con frenesí creador a la hora de escribir sus obras.


LA MUERTE DE OSCAR WILDE
El 30 de noviembre de 1900, inmediatamente después de su conversión a la religión católica, murió a causa de meningitis, Oscar Wilde, novelista, poeta, crítico literario, autor teatral y gran exponente del esteticismo cuya principal característica era la defensa del arte por el arte.
Había nacido el 16 de octubre de 1854, en Dublín y estudió en el Trinity College de esa ciudad. Deestacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878, y convirtió el estilo bohemio de su juventud en una filosofía de vida.
De carácter excéntrico, el joven Wilde llevaba el pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo. Su primer libro fue Poemas, y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas, se representó por primera vez en Nueva York, ciudad en la que el autor se encontraba por entonces, de paso en una larga gira de conferencias por los Estados Unidos. Tras ella, se estableció en Londres y, en 1884, se casó con una mujer irlandesa muy rica, Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos. A partir de entonces, se dedicó exclusivamente a la literatura.
En 1895, en la cima de su carrera, se convirtió en la figura central del más sonado proceso judicial del siglo, que consiguió escandalizar a toda la mojigata clase media de la Inglaterra victoriana. Wilde, que había mantenido una íntima amistad con lord Alfred Douglas, fue acusado por el padre de éste, el marqués de Queensberry, de sodomía. Se le declaró culpable en el juicio, celebrado en mayo de 1895, y, condenado a dos años de trabajos forzados.  Allí escribió De profundis (1895), una extensa carta de arrepentimiento por su pasado estilo de vida.  Salió de la prisión arruinado material y espiritualmente. Pasó el resto de su vida en París, bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth. Entre sus  obras se cuentan dos colecciones de historias fantásticas, escritas para sus hijos, El príncipe feliz (1888) y La casa de las granadas (1892), y un conjunto de cuentos breves, El crimen de lord Arthur Saville. Su única novela, El retrato de Dorian Gray  es una melodramática historia de decadencia moral, que destaca por su brillante estilo epigramático.












      















      



















                
                               


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