Rodolfo Diesel, inventor del motor de explosión que lleva su nombre, nació tal día como hoy, 18 de marzo de 1858, en la ciudad de París, pero de origen y nacionalidad germanos.
Diesel que desapareció trágicamente, posiblemente arrastrado
por una ola, cuando viajaba en un buque británico que hacia la travesía del
canal de la Mancha, aparece en la historia universal de la ciencia como uno de
los hombres, cuyos aportes acrecentaron el progreso industrial del mundo.
El aporte de Rodolfo Diesel se contrae a la investigación a
favor de una máquina más ligera que el motor de vapor, ya universalmente
aceptado, y de más rendimiento que el de gasolina. Tal es el motor Diesel que
hoy conocemos y es conocido en el mundo entero y que se utiliza para propulsar
barcos de todos los tonelajes, submarinos, camiones pesados y modernos trenes
aerodinámicos.
Diesel al comprobar que el aire bruscamente comprimido
alcanza temperaturas muy elevadas, pensó que ese calor debería bastar para
encender un combustible apropiado que se inyectase dentro del cilindro en el
momento oportuno. Primero hizo un ensayo con polvo de carbón, pero una enorme
explosión que casi malogra la vida del inventor convirtió el experimento en
aparente fracaso. Más tarde restablecido de sus lesiones, Diesel profundizó la
idea y logró al fin construir una máquina práctica, de combustión interna muy
semejante a la gasolina, de la que se diferenciaba principalmente por carecer
de un sistema de encendido eléctrico y de carburador.
Los motores Diesel pueden funcionar en ciclos de dos y
cuatros tiempos. En ambos casos el combustible se mezcla inyectándolo a presión
cuando el pistón está por llegar al punto final de su carrera. El combustible empleado
es un derivado del petróleo, menos refinado que la gasolina, y por tanto más
barato. Pero la economía del motor Diesel no estriba únicamente en esto sino
principalmente en su notable rendimiento.(AF)
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