El 11 de marzo de 1874, nació en el pueblo de Río Seco, Leopoldo Lugones, el poeta más conocido en la literatura Argentina, cultivador del simbolismo y el naturalismo, pero prefirió el suicidio antes que morir de viejo. Se despidió dramáticamente del mundo terrenal en 1938, a la edad de 64 años, cerca de Buenos Aires en una aldea rural conocida como El Tigre.
En la década de 1890 conoció a Rubén Dario, quien se instalo
en Buenos Aires y encontró en Lugones uno de sus principales seguidores dentro
de la corriente modernista. Es entonces cuando publica su primera obra, Las
montañas de oro, con versos medidos y libres, y prosa poética, en plena
eclosión del modernismo. Le siguen Los crepúsculos del jardín y Lunario
sentimental, siempre bajo la influencia de Darío.
En 1910 se inclina por la poesía naturalista con su
libro Odas seculares (1910) en la que exalta las riquezas argentinas.
Su poesía se vuelve intimista y cotidiana en el Libro fiel, El Libro de
pos paisajes y Las horas doradas. Su última manera es la poesía narrativa
contenida en sus libros Poema solariegos y Romance del Río Seco.
Lugones también trabajo en el Cuento en Las fuerzas
extrañas y Cuentos fatales, y el relato histórico con La guerra
gaucha, El imperio jesuítico, Historia de sarmiento y El Payador: En 1926
publicó la novela El ángel de la sombra. Cuando publicó sus cuentos
los críticos lo asociaron al postmodernismo con el escritor uruguayo Horacio
Quiroga.
Lugones viajó por Europa y vivió en París antes de la Primera
Guerra Mundial. Estuvo vinculado al socialismo, al liberalismo, el
conservadurismo y al fascismo. La evolución de su pensamiento político puede
seguirse en libros como Mi beligerancia, La patria fuerte y La grande
Argentina.
Las obras de Lugones pasan de cuarenta y su fuerte, la
poesía, varía entre lo grandilocuente , lo lírico y lo irónico. Ha suido
considerado como uno de los vates más insignes de la América de habla española.
(AF)
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