jueves, 5 de septiembre de 2013

LA GUERRA CHINA CONTRA EL OPIO

            El 5 de septiembre de 1839 comenzó la guerra contra el opio planteada por las fuerzas chinas en un intento por contener la corrupción física y moral del país a causa de esa droga para entonces objeto de un muy lucrativo contrabando.
            El contrabando lo realizaban comerciantes de la Gran Bretaña con el opio procedente de las posesiones británicas en la India y el Sureste asiático.  La guerra comenzó cuando las autoridades chinas destruyeron un cargamento de la terrible droga en Cantón.
            Los británicos respondieron a esta acción china enviando una expedición de buques de guerra  en febrero de 1840, con los cuales obtuvieron una rápida victoria tras la que se firmó el Tratado de Nanking, por el cual China accedió a los intereses comerciales foráneos a cambio de frenar o evitar un contrabando excesivamente perjudicial para la población.
         Sin embargo, en octubre de 1856, la policía de Cantón abordó el navío Arrow y acusó a su tripulación de reincidir favoreciendo el tráfico de la droga maldita. Los británicos, que ansiaban conseguir mayores derechos comerciales, utilizaron este incidente para lanzar otra ofensiva con la que se inició la segunda guerra del Opio. Las fuerzas británicas ayudadas por las francesas no tardaron en lograr un nuevo triunfo militar en 1857.
 En 1860, después que las tropas británicas y francesas ocuparan Pekín e incendiaran el Palacio de Verano, las autoridades chinas accedieron a aceptar un nuevo acuerdo.  En definitiva, los chinos terminaron perdiendo las llamadas guerras del Opio y fueron obligados a abrir otros puertos, ceder Hong Kong a los británicos y la provincia de Amur a Rusia, aceptar la igualdad de trato con todas las potencias occidentales y garantizar otras concesiones diplomáticas y comerciales. Aunque todavía seguía conservando su independencia, China, inexcusablemente,  había sido humillada.

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