Linares es una ciudad de España, capital de la Provincia de Jaén. Tiene una población que no llega a los cien mil habitantes y es importante centro minero. En esa pequeña ciudad casi perdida en el mapamundi, nació el 18 de febrero de 1894, Andrés Segovia, uno de los mejores guitarristas de nuestra época.
Pronunciar el nombre de Andrés Segovia, significa recordar a los venezolanos
Antonio Lauro y Alirio Díaz. Este trío de artistas, bien como compositores o
ejecutantes, imprimieron resonancia y prestigio a la guitarra, instrumento
aristocrático de finales del siglo XVIII, introducido en España por los árabes.
La guitarra a pesar de ser instrumento completo, raramente ha figurado en
orquestas; pero ocupa lugar prominente en la serenata de El Barbero de
Sevilla y ha entrado a participar en los grandes conciertos, gracias al
talento y habilidad de estos artistas de la calidad de Andrés Segovia.
Andrés Segovia, considerado el más destacado guitarrista clásico del siglo
veinte y el que estableció la guitarra como instrumento solista en los
conciertos tuvo, sin embargo, una formación en gran parte autodidáctica. A los
14 años dio su primer recital en Granada, más tarde habría de actuar con
brillantez incomparable en Barcelona, Madrid y otras ciudades españolas.
Recorrió varios países hispanoamericanos a la edad de 18 años y en 1924 ofreció
un recital triunfal en Paris, que lo consagró como una de las máximas figuras
de la guitarra mundial. Luego ofreció una gira por toda la Europa
culminando en Estados Unidos con resonantes triunfos.
Compositores contemporáneos, como Manuel de Falla, Heitor Villa-Lobos, Joaquín
Rodrigo y otros, escribieron obras especialmente para él y sus transcripciones
e interpretaciones de grandes maestros de la música adquirieron celebridad y
hoy se le considera el renovador indiscutible de la gran tradición de
guitarristas españoles. (AF)
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