16 de febrero de 1823, nació Juan Bautista Dalla Costa, hijo ilustre de Guayana, amigo de los pobres, azote de los malvados, regulador de los incautos, como de él una vez dijo en carta al General Páez, el prócer de la independencia José Ascensión Farreras.
Gobernaba la provincia de Guayana, el coronel José Ucroz, cuando un día como
hoy vino al mundo, Juan Bautista Dalla-Costa Soublette, hijo de su homólogo,
Juan Bautista Dalla Costa, italiano de origen, y doña Isabel Soublette Jerez
Aristiguieta. De la niñez de Dalla Costa se sabe muy poco, pero se infiere de
viejos libros de su propiedad que a la edad de 16 años se hallaba en Londres,
pasando gran parte de su juventud por el viejo mundo, donde atesoró una
educación valiosa que más tarde pondría al servicio de su patria.
Juan Bautista Dalla Costa ocupó importantes cargos de honor y confianza, entre
los que merecen citarse: el de Jefe Político del Cantón Heres; Miembro
del Consejo Municipal; Jefe de las Milicias de la Provincia de Guayana;
Gobernador de la misma provincia; Inspector General de los Ejércitos de
occidente de la República; Consultor de los Despachos de Interior y Justicia;
Presidente del Estado Soberano de Guayana; Ministro Plenipotenciario; Senador
por el Estado Bolívar y candidato presidencial de la República.
Dalla Costa fue un líder progresista y civilizador. Fomentó importantes obras
públicas en el Estado que aún se conservan. Cuando acudía a la contribución
ciudadana, primero suscribía la suya, que siempre excedía sus esfuerzos
económicos y con frecuencia efectuaba donaciones del costo total de algún
servicio de utilidad general. La estatua de El Libertador que ocupa el centro
de nuestra plaza mayor es obra de este ilustre gobernante y servidor público,
es la primera estatua de bronce que se le erigió en Venezuela al Padre de la
Patria, para la cual contribuyó con la cantidad de 250 pesos y sucesivamente
con otras partidas.
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