La muerte de Roberto Fulton motivó que el Gobierno de Estados Unidos, presidido
entonces por James Madinson, decretara duelo nacional y lo recompensara con los
mayores honores. Fue en Nueva York, 24 de febrero de 1815. Contaba Fulton
con medio siglo de vida, del que dedicó gran parte al estudio de la ciencia
mecánica, logrando ser el primero en aplicar el vapor a la navegación.
Roberto Fulton quedó huérfano a la edad de tres años y sólo pudo
cursar estudios elementales. Era profundamente distraído en la
escuela por lo que sus maestros lo reprendían con frecuencia. Manifestó, al
principio, inclinación por la pintura y realizó pintorescos cuadros de hombres
de negocios y estadísticas. Pero su verdadera vocación se orientaba hacia las
artes mecánicas a la cual dedicó treinta años de su vida llegando a concebir y
construir los modelos de un molino para aserrar mármol, de una maquina para
hilar cáñamo, otra para fabricar cuerdas y una tercera para realizar excavaciones.
A la edad de veintidós años viajo por Europa, visitó Londres y posteriormente
Francia, donde permaneció durante siete años. En este último país profundizó
sus conocimientos y se ocupó de llevar a la práctica sus concepciones acerca de
la navegación de vapor submarina.
Convencido de que era posible renovar la técnica de la guerra marítima, hizo
estallar en el Sena, en 1796, una bomba a la que denominó torpedo. Al mismo
tiempo había inventado una embarcación que le permitía desplazarse bajo las
aguas, a la que llamó Nautilus. Con este rudimentario submarino llegó a
permanecer hasta seis horas bajo la superficie, y logró interesar a Napoleón.
En las proximidades de Brest, lanzó con su submarino un torpedo contra un viejo
barco, al que destruyó totalmente,.
Los problemas de la guerra hicieron a Napoleón olvidarse del invento de Fulton.
Este volvió a Londres y finalmente a su patria de origen, donde fabricó un
buque de vapor que realizó un feliz viaje por el Hudson.
(AF)
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