martes, 27 de agosto de 2013

Muerte del fénix de los ingenios

LOPE DE VEGA

El 27 de agosto de 1635, a la edad de 73 años, murió y fue enterrado en la madrileña iglesia de San Sebastián, el poeta dramático español Félix de Vega Carpio, o, simplemente, como mejor gustaba, Lope de Vega.
Lope de Vega, una de las figuras culminantes del Siglo de Oro castellano, y quien por su fecundidad se ganó el cognomento de Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza, este último  atribuido a Miguel de  Cervantes, autor del Quijote.
La vida de Lope de Vegas estuvo cargada de aventuras. Escribió en casi todos los géneros literarios, pero su pasión era el dramático. Parte de su obra está recogida en             29 tomos. Vanagloria a base de haber escrito cinco cuadernos diarios durante su vida y  más de cien comedias en veinticuatro horas cada una. Escribió 2.200 dramas, de los que sólo se han conservado unos cuatrocientos.
La muerte de sus dos primeros hijos y el rapto de su hija menor Antonia Clara, cometido por Cristóbal Tenorio, además del peso de la edad, lo precipitaron, lleno de dolor y pena, hacia el abismo insondable de  la muerte. El sentimiento que causó la perdida de Lope de Vega fue igual a la fama que tuvo su obra, fama única en España y universal en los confines literarios de la época.


La fecha de hoy nos recuerda también, los Natalicios de José Guillermo Hegel, filósofo alemán que ejerció influencia considerable en la evolución del espíritu alemán,  y  Amado Nervo, poeta mexicano encuadrado en las filas del modernismo, hombre sencillo que no gustó de complicaciones y pregonó su sencillez a los cuatro vientos como recreándose en ella. 

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