lunes, 11 de noviembre de 2013

EL DIAMANTE NEGRO DE LA LITERATURA

Los rusos exaltan y admiran a Fedor Dostoiewski como “el diamante negro de la literatura “.  De la literatura rusa, obviamente, pues nació en Moscú, el 11 de noviembre de 1821 y allá en la capital moscovita trascurrió su infancia, entristecida por la penuria económica y las enfermedades.
Su primera obra  “Pobre gente” que trata de la vida de los empleados de sueldo   exiguo y de los menesterosos, fue muy bien acogida por la crítica. Fue el primer intento de novela social. De un solo golpe había llegado por la inspiración, a la verdad. Tan asombrado quedó Dostoiewski de los comentarios felices de su obra que llegó a preguntarse “¿Es posible        que yo sea tan grande?”.
Dostoiewski continuó escribiendo cuentos y novelas en los que denotaba profunda simpatía por la clase marginal. Escribió obras de carácter psicológico y se afanó en penetrar    lo más recóndito de las almas anormales. Discrepó con los medios literarios de su época y   llegó a frecuentar tertulias en las que se discutía el socialismo y los problemas sociales. Por estos ideales fue condenado a muerte por el Zar Nicolás I, pero la pena le fue conmutada por cuatro  años de  trabajo forzados en Siberia.
Vuelto a Moscú, ya liberado de su pena que le dejó honda impresión, escribió “El sepulcro de los vivos” que le dio un prestigio literario de extraordinario relieve, destacándolo como uno de los más grandes escritores de su tiempo. Luego vinieron Los Hermanos Karamazov, Crimen y  castigo, Humillados y ofendidos, El Príncipe idiota y otras que cimentaron su rápida celebridad.


Dostoiewski ha sido catalogado como el maestro de la novela psicológica y de él ha escrito el introductor de sus obras completas, que mientras otros escritores envejecen tan aprisa y mueren tan pronto en su obra antes de morir ellos, Dostoiewski, a pesar del tiempo trascurrido desde su óbito, aun se conserva tan fresco y floreciente como en vida. 

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