16 de enero de 1957, a la avanzada edad de noventa años, murió el famoso director de orquesta italiano, Arturo Toscanini. Su desaparición definitiva ocurrió en los Estados Unidos del Norte. Tres años antes, en 1954, se había retirado del arte en un acto musical que tuvo todas las características de una apoteosis.
Arturo Toscanini había nacido en la provincia de Parma y en los albores de la adolescencia comenzó a destacarse como violonchelista integrante de varias orquestas, tanto en su país como en el extranjero.
A la edad de 19 años integraba la orquesta de una compañía de ópera italiana y en gira por la ciudad brasilera de Río de Janeiro, el Director de la orquesta se sintió repentinamente indispuesto minutos antes de iniciarse la representación de “Aída”, y Toscanini se ofreció a suplirlo. Dirigió con tanto acierto, y tan bien supo infundir a los intérpretes de la ópera el extraordinario brío de su temperamento musical, que aquella noche quedó automáticamente consagrado como director de orquesta.
Después de este espectacular comienzo, Arturo Toscanini dirigió orquestas famosas como la Metropolitan Opera House de Nueva York, la Scala de Milán, la Sinfónica de Nueva York, la Sinfónica de la National Broadcasting Conpany y otras.
Como director, Toscanini se destacó por la claridad de su interpretación, el vigor comunicativo que irradiaba su personalidad y el perfecto conocimiento de los diversos grupos de instrumentos que componen una gran orquesta sinfónica. Su fama como director quizás sea la más preclara que haya gozado director alguno en la historia de la música, y sus aciertos más grandes los obtuvo en la interpretación de obras de compositores italianos y de los alemanes Wagner y Beethoven.
No hay comentarios:
Publicar un comentario