domingo, 8 de diciembre de 2013

EL DOGMA DE LA INMACULADA

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            El  8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción, dando cuerpo a la creencia del mundo  católico según la cual la  Virgen María, madre de Jesucristo, fue concebida sin pecado.
            La Iglesia Católica sostiene que María, doncella de la tribu de Judá y de la estirpe real de David, hija de Joaquín y Ana y quien, según la tradición cristiana, nació  en Nazareth  el día 8 de septiembre, fue concebida sin pecado  original  “por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, atendidos los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”.
           El Pontífice Pío IX, al proclamar este Dogma, recogió los anhelos del mundo católico y la tradición  y creencia de la Iglesia que conforme al texto evangélico, se había desarrollado a través de los siglos en las doctrinas de los papas, en la devoción del pueblo y en la institución de las festividades religiosas en honor a la Virgen Inmaculada.
            La fiesta con ese nombre se celebraba en la Iglesia oriental desde el siglo V, y en la occidental, desde el VII, pero la significación de la Inmaculada Concepción a juicio de algunos teólogos no está muy clara, en vista de lo cual ha habido juicios divergentes.  A ella se opusieron, el siglo XII, San Bernardo de Claraval y en el siglo XIII, el filósofo Santo Tomás de Aquino. Entre los que apoyaron la doctrina se encontraba el teólogo escocés Duns Escoto. La polémica teológica sobre la Inmaculada Concepción adquirió mayor impulso en el siglo XIX. En 1854 el Papa Pío IX publicó un solemne decreto declarando que la Inmaculada Concepción era un dogma esencial para la fe de la Iglesia universal. Lo cierto es que con el título de Inmaculada Concepción se invoca a la Virgen María como patrona de muchos países, entre ellos, Estados Unidos, Brasil, Portugal y Córcega.
Inmaculada Concepción, dogma católico romano que mantiene que desde el primer instante de su creación el alma de la Virgen María estuvo libre de pecado original; esta doctrina no debe confundirse con la del parto virginal de María, que mantiene que Jesucristo nació de una madre virgen. A pesar de divergentes opiniones eruditas, la Iglesia católica apostólica romana ha favorecido la creencia en la Inmaculada Concepción; una fiesta con ese nombre, cuya significación no está muy clara, ya se celebraba en la Iglesia oriental desde el siglo V, y en la occidental desde el VII.

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