El 17 de abril de 1894 nació Nikita Kruschov, quien pasó a ser Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética en 1958.
La vida pública de Kruschov se inició en 1918 al afiliarse al partido comunista llegando en 1934 a ser el secretario del Comité de Moscú. Después de la muerte de Stalin, fue designado secretario del Comité Central del Partido Comunista, lo que equivalía a ser el sucesor de Stalin. Dos años después de lucha interna entre los dirigentes del partido, la crisis se recrudeció y el primer ministro Malenkov fue sustituido por Nikita, quien gobernó hasta 1964. Durante su gestión lanzó graves acusaciones de despotismo, crueldad y desgobierno contra Stalin que causaron desconcierto en el comunismo internacional.
Este hombre regordete de poco más de 1m.60 de estatura, llegó a ser figura dominante en la Rusia. Por la fuerza de su personalidad se constituyó en un factor
imponente en cada reunión internacional a la que asistió. El expresidente Eisenhawer lo calificó en una ocasión de “dirigente nato” y el presidente Kennedy lo consideró un estadista rígido en la entrevista de Viena en 1961.
Mediante la fuerza material y las astutas maquinaciones partidarias, envió a exilio a dirigentes veteranos como Malenkov, Molotov, Bulgarín y Kaganovick y acometió la empresa aún más complicada de eliminar del poder el espíritu mismo de Stalin. Nikita Kruschov logró éxitos pero los fracasos también fueron igualmente notorios Se enorgullecía del poder militar soviético y amenazó en una ocasión que su país enterraría a Estados Unidos. A pesar del antagonismo entre ambas naciones, abogó por métodos pacíficos para vencer al capitalismo. Fue destituido de su cargo en octubre de 1964 acusado de haber cometido diversos errores tales como la des-organización económica de la URSS y el empeoramiento de las relaciones con la China comunista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario