El Presidente Egipcio Gamal Abdel Nasser, el 26 de julio de 1956, decretó la Nacionalización del Canal de Suez y ordenó su ocupación por tropas egipcias así como el edificio y todas las propiedades de la Compañía.
Gran Bretaña y Francia protestaron y el conflicto se agravó por la actitud de la Unión Soviética que respaldaba a Nasser. Por otra parte, el conflicto bélico entre Israel y Egipto que ponía en peligro la región del canal, fue aprovechado inteligentemente por Inglaterra y Francia, quienes presentaron un ultimátum a ambas naciones conminándolas a desocupar el área del Canal.
El rechazo del ultimátum presentado obligo 48 horas después a que fuerzas aéreas británicas y francesas atacaran las bases militares egipcias y ocuparan regiones importantes del Canal.
Nasser actuó rápidamente y ordenó la obstrucción del Canal, mediante el hundimiento de 40 buques. La tensión mundial aumentó y Rusia amenazó con enviar fuerzas armadas en ayuda de Egipto.
Pero he aquí que en un valiente y noble esfuerzo por amainar la crisis, las cuatro naciones en pugna aceptaron que las Naciones Unidas intervinieran y el asunto quedó resuelto mediante el arbitraje internacional.
El 7 de noviembre del mismo año cesaron las hostilidades y luego 4 mil hombres de las fuerzas de las Naciones Unidas se hicieron cargo de la zona que evacuaron británicos y franceses.
La obstrucción del Canal impidió la navegación y las naciones de Europa corrieron el riesgo de sufrir una grave escasez de petróleo debido a que el suministro normal se entorpecería al tener los buques petroleros procedentes de puertos asiáticos, que hacer la travesía por la ruta del Cabo de Buena Esperanza. La navegación se normalizó en abril del 57, nueve meses después de la Nacionalización.
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