miércoles, 12 de marzo de 2014

LA NOVELA HISTÓRICA


         Alejandro Manzoni, poeta y novelista, el más notable de los románticos italianos, tuvo en Edmundo D’Amicis a un verdadero heredero o continuador de su estilo, un estilo moldeado en los principios de la narración histórica. Por eso cuando se recuerda a Edmundo  D’Amicis, fallecido el 12 de marzo  de 1908, evocamos a Manzoni y ¿por qué no?, también a Sir Walter Scott, novelista inglés, primero en cultivar el género de la novela histórica.

Edmundo D’Amicis – lo que no pudieron los antecesores de su genero – tuvo la oportunidad de alcanzar con su existencia sexagenaria, parte del siglo veinte. Había nacido el 21 de octubre de  1846 en Oneglia, un pueblito de la península itálica, pero fue en Turín donde prácticamente transcurrió su educación. Más adelante se hizo militar, peleó en la batalla de Custozza dada el 24 de junio de 1866, en que fueron rechazadas las tropas italianas aliadas de Prusia, por las del archiduque Alberto.
Durante este tiempo de armas, Edmundo D’Amicis, empezó a escribir un diario con los relatos de sus pequeñas aventuras y sucesos de la campaña, que terminan por desilusionarlo del Ejército. Entonces se siente atraído y toma el camino de las letras. Pasa una temporada en Turín y luego acepta dirigir un periódico florentino donde publicó relatos de su vida en el Ejército, que más tarde reunió en sus volúmenes “Bocetos de la Vida Militar”, con los que obtuvo sus primeros éxitos.
D’Amicis experimentó gran preocupación por la educación y problemas de la juventud y a ella dedicó varios de sus libros. “Corazón”, por ejemplo, el más famoso y difundido. Sus principales obras, especie de novelas históricas, las escribió tras largos viajes por Europa y Asia.

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