El 5 de marzo de 1815, falleció Francisco Antonio Mesmer, renombrado médico y químico vienés, precursor de varias investigaciones psíquicas modernas aplicables en la medicina
Dice la biografía de este investigador alemán que ya en los albores de su doctorado hablaba de una fuerza misteriosa, una especie de fluido o éter, que actuaba en diversos modos en el hombre y los animales.
Pero una vez radicado en Paris, donde su tesis adquiere fuerza y popularidad. Mesmer estudia el fenómeno de esas fuerzas ocultas en el hombre y los animales y le atribuye propiedades curativas. Son fuerzas magnéticas –afirmaba- cuya pérdida nos predispone a ciertas enfermedades. Formula diversos planteamientos científicos en torno a la cuestión y despierta tanto la curiosidad de las autoridades francesas, que éstas deciden investigar las actividades de Mesmer.
Una comisión integrada por el famoso químico Lavoisier y el norteamericano Benjamín Franklin se propusieron investigar el mesmerismo y negaron rotundamente sus posibilidades curativas. “Todo esto es un fraude -dijo la comisión. Son meras Charlatanerías de Mesmer en aras de una popularidad incapaz de lograr por otros medios más dignos”.
Sin embargo, Mesmer no se desalentó por el juicio de la Comisión y continuó adelantando y profundizando sus experiencias hipnóticas hasta dejar antes de morir casi despejada la incógnita que más tarde completó el inglés Jaime Braid. Como los infatigables alquimistas de la edad media que buscando la transmutación de metales inferiores en oro establecieron la química, Mesmer motejado de charlatán, fue precursor de la Psicoterapia, empleada en la medicina moderna.
El hipnotismo hacia el cual nos quiso orientar Mesmer para librarnos de ciertos males es usado en muchos casos clínicos. Se trata de un estado similar al sueño, durante el cual un individuo puede actuar y pensar casi como en la vigilia, sólo bajo las órdenes de la persona que hace de hipnotizador.
@Piocid
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En los Estados Unidos estudié Hipnosis Clínica
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